Los hechos sucedidos en Iguala a finales del mes de septiembre y la abrupta caída en los precios internacionales del petróleo han generado una preocupación importante respecto al cierre del ejercicio fiscal 2014; sin embargo, los efectos de dichos factores se han exagerado y generado algunas expectativas “francamente alarmistas”, señala el economista Juan Moreno Pérez, en uno de los artículos publicados en el más reciente número delReporte Macroeconómico de México, que publica mensualmente la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Respecto al primer asunto, algunos comentaristas han anticipado que se propiciará una disminución en el ritmo de crecimiento, y respecto al segundo factor, existen opiniones de que la caída de los precios del petróleo obligará a recortar el gasto público antes de que concluya el periodo.

El autor advierte que sin tratar de minimizar la importancia de ambos asuntos, en el caso de lo acontecido en Iguala “no parece tener un impacto lo suficientemente fuerte como para paralizar a la economía o siquiera disminuir de manera significativa el ritmo de recuperación que se está registrando”.

Las razones de lo anterior, según el investigador son dos: por un lado, la debilidad de las instituciones, puesta en evidencia por este acontecimiento, no resulta por desgracia algo nuevo para los mercados internacionales; por otro lado, en este mundo globalizado ese “terrible acontecimiento” tampoco parece peor de lo que está sucediendo en otras partes del mundo.

 

Por otro lado, la publicación, a fines de octubre de la primera estimación del comportamiento del PIB de Estados Unidos durante el tercer trimestre del año, con un crecimiento anual de 3.5 por ciento, en términos reales, permite anticipar que el efecto sobre México seguirá siendo bastante favorable.

En referencia a la caída de los precios internacionales del petróleo, el también doctor en Historia por la Universidad de California en los Ángeles (UCLA) señala que se trata de un sorpresivo fenómeno coyuntural resultado de dos factores: por un lado el debilitamiento de la demanda mundial de ese energético debido al estancamiento de la economía europea y el menor ritmo de crecimiento de la economía china; por otro lado del mantenimiento de la producción de crudo por parte de la OPEP, por decisión de Arabia Saudita, país que impulsa una política de precios bajos para sacar del mercado a los productores emergentes como Estados Unidos.

Tras señalar que la gran pregunta es cuánto tiempo sostendrá esa política Arabia Saudita, el doctor Moreno Pérez, quien se desempeña también como asesor en Economía del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, sostiene que a pesar de que la mayoría de las proyecciones disponibles anticipa una caída adicional en los precios del petróleo para 2015, algunas de las predicciones más serias estiman bajas promedio un tanto moderadas, debido al señalado estancamiento de la economía europea y el menor ritmo de la economía china, pero agregando un factor: la importante recuperación que hoy se registra en la economía norteamericana.

El investigador sostiene que si el precio promedio de barril de petróleo para el último trimestre fuera de sólo 70 dólares, el promedio anual sería de 87.83 dólares.

Como éste es superior al supuesto de 85 dólares utilizado en la Ley de Ingresos para 2014, no sólo no sería necesario ningún recorte al gasto. Para 2015, advierte, el panorama resulta menos claro y el margen de error es más elevado.

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