La cubierta de hielo del mar Ártico mantuvo este año su tendencia por debajo del promedio, declinando el hielo a su mínimo anual el diecisiete de septiembre, cuando tuvo una extensión de 2.40 millones de kilómetros cuadrados, similar a la del año pasado e inferior al promedio de 1981 a 2010, después de que en marzo cubrió un área de 5.02 millones de kilómetros cuadrados, conforme al Centro Nacional de Información de Nieve y Hielo (NSIDC, por sus siglas en inglés), apoyado por la NASA, en la Universidad de Colorado Boulder.

“La cobertura del hielo ártico en 2014 es la sexto menor registrada desde 1978. El verano comenzó relativamente fresco, faltándole las grandes tormentas o vientos persistentes que pueden romper el hielo e incrementar su fusión”, dijo Walter Meier, un científico investigador de la NASA en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland, EUA.

“Incluso con un año relativamente fresco, el hielo es mucho más delgado de lo que solía ser” dice Meier. “Es más susceptible a derretirse”.

Este verano, el Pasaje del Noroeste sobre Canadá y Alaska permaneció ligado al hielo. Un dedo de mar abierto presionó desde el norte de Siberia  en el Mar de Laptev, alcanzando más de 85° al norte, que es lo más lejos que el mar abierto en el norte ha alcanzado desde finales de la década de los 70’s, de acuerdo con Meier.

Aunque el hielo en el mar veraniego ha cubierto una porción mayor del ártico desde el verano de 2012, el cuál fue especialmente bajo en hielo, esto no indica que el ártico esté regresando a condiciones promedio, dijo Meier. La extensión mínima de este año permanece encuadrada en una tendencia a la baja, el Océano Ártico está perdiendo alrededor del trece por ciento de su hielo marino por década.

Para medir la extensión del hielo, los científicos incluyen áreas que estén cubiertas al menos un 15 por ciento por el hielo. El análisis computarizado desarrollado por la NASA, el cual es uno de los varios métodos utilizados por los científicos para calcular la extensión, está basado en datos del satélite Nimbus 7 de la NASA, que operó de 1978 a 1987, así como en datos del Programa de Satélites Meteorológicos del departamento de defensa estadunidense, el cual les ha brindado información desde 1987.

Además de monitorear el hielo marítimo desde el espacio, la NASA conduce prácticas de campo aéreas que rastreen los cambios en el hielo del Mar Ártico y su impacto en el clima. Los vuelos de la Operación IceBridge (puente de hielo en inglés)han estado midiendo el hielo del Mar Ártico y las capas de hielo durante varios de los últimos años, durante la primavera. Un nuevo experimento de campo, el Experimento de Hielo y Mar de Radiación Ártica IceBridge (ARISE) comenzó este mes a explorar la relación entre el retroceso del hielo y el clima Ártico.

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