Siete mil personas fallecieron en México al ser alcanzadas por un rayo, en el lapso de 1979 a 2011, de acuerdo con una evaluación de este fenómeno, el cual también determinó que los fallecimiento se produjeron principalmente en zonas con “un alto índice de población indígena, menos acceso a la información y a la educación, por lo tanto todos los factores se combinan para dar como resultado que el mayor número de decesos se den ahí y no en donde hay más descargas o mayor densidad de población”, dijo la doctora Graciela Binimelis de Raga, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
El estudio se publicó en el artículo “Deaths by Lightning in Mexico (1979–2011): Threat or Vulnerability?”, incluido en la revista Weather, Climate and Society, de la American Meteorological Society, y en el cual también colaboran Myriam de la Parra del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Beata Kucienska del CCA.
Una de las preguntas que motivaron esta investigación fue si las muertes estaban relacionadas con la con la amenaza del fenómeno en sí o con la vulnerabilidad social. Para responderla, se analizaron los datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SINAIS), los cuales señalan que, las entidades en las que se registró el mayor número de muertes fueron el Estado de México, Michoacán, Oaxaca y Guanajuato.
Los fallecimientos se dieron principalmente en zonas rurales y con baja densidad poblacional. Además, se identificó que las muertes a causa de un rayo ocurren con más frecuencia en niños y jóvenes de entre 10 y 19 años, y en menor medida en las niñas, lo cual indica que los niños realizan más actividades al aire libre, y por lo tanto quedan más expuestos al fenómeno.
Asimismo, el análisis de los indicadores socioeconómicos de cada estado del país, sugiere que la distribución geográfica de las muertes no corresponde con las zonas que tienen un alto índice de población, ni con el área en donde se presenta el máximo de rayos o tormentas eléctricas. Es decir, la distribución espacial de las muertes está relacionada con la exposición a las tormentas eléctricas y al bajo nivel educativo (en lo que se refiere a las medidas de prevención que se deben implementar ante un fenómeno natural, como lo es una tormenta eléctrica).
La vulnerabilidad social de estas regiones y la falta de conocimiento del problema, por parte de la sociedad y del gobierno, hace posible que sean más las personas alcanzadas por un rayo que pierden la vida.
Entre las recomendaciones que se deben tomar en cuenta durante una tormenta eléctrica están: buscar refugio dentro de una casa bien construida o un automóvil con las ventanas cerradas y evitar lugares abiertos como son los campos o los estacionamientos. También es conveniente alejarse de los árboles y no estar cerca del agua (playas, charcos o albercas).
Para tratar de generar conciencia acerca del problema, que las expertas consideran evitable, la doctora Beata Kucienska escribió el cuento para niños “Amenaza del cielo” (que puede ser consultado en: http://atlasclimatico.unam.mx/rayos/#/).