Más del 40 por ciento de los reportes sobre bebidas energéticas a los centros de control involucra niños menores de 6 años con síntomas cardiacos y neurológicos serios, de acuerdo con un nuevo estudio presentado en las Sesiones Científicas de la American Heart Association de 2014.
La representación desproporcionada de niños es preocupante dado el número de reportes de síntomas cardiacos y neurológicos serios, dijo Steven Lipshultz, M.D., autor principal del estudio, profesor y jefe de pediatría en la Universidad Estatal de Wayne y jefe de pediatría en el Hospital Infantil de Michigan en Detroit.
Los investigadores analizaron los registros del Sistema nacional de información de envenenamiento de la Asociación americana de centros de control de envenenamiento de octubre de 2010 a septiembre de 2013, los cuales muestran llamadas telefónicas a 55 centros de control de envenenamiento en Estados Unidos en las que se informa sobre exposiciones a bebidas energéticas por parte de la población y de proveedores de servicios de la salud.
Una “exposición” se define como el contacto real o sospechoso con cualquier sustancia ingerida, inhalada, absorbida, aplicada o inyectada en el cuerpo, sin importar la toxicidad o manifestación clínica. Los investigadores descubrieron que:
- De los 5,156 casos reportados de exposición a bebidas energéticas, el 40 por ciento fue exposición involuntaria (por ejemplo, imprevista o no planeada) de niños pequeños.
- Se reportaron resultados de moderados a graves en el 42% de los casos que involucran bebidas energéticas mezcladas con etanol (alcohol) y en el 19% de los que involucran bebidas energéticas sin contenido alcohólico.
- De todos los casos con resultados graves, el 57% reportó efectos cardiovasculares (incluyendo ritmo cardiaco anormal y anormalidades de conducción) y el 55% efectos neurológicos (ataques, incluyendo epilepsia).
“Las bebidas energéticas no tienen cabida en las dietas pediátricas”, dijo Lipshultz, “ y cualquier persona con condiciones médicas cardiacas, neurológicas u otras significativas debe verificar con su proveedor de salud si es seguro consumir bebidas energéticas”.
Mencionó que a pesar de no ser toxicólogo, se interesó en el tema después de tratar a niños que enfermaron al consumir bebidas energéticas.
Las bebidas energéticas pueden contener en grados farmacéuticos y cafeína adicional de fuentes naturales que puede causar que el corazón se acelere y la presión sanguínea aumente. A las bebidas energéticas se les relaciona con diversas fuentes de cafeína que causan efectos secundarios, típicamente involucrando a los sistemas nervioso, digestivo o cardiovascular.
Lipshultz comentó que algunas bebidas energéticas contienen hasta 400 miligramos (mg) de cafeína por lata o botella, en comparación con los 100 – 150 mg contenidos en una tasa regular de café.
Dijo además que el envenenamiento por cafeína puede ocurrir a niveles mayores de 400 mg por día en adultos, mayores de 100 mg al día en adolescentes y a 2.5 mg por kilogramo (2.2 libras) del peso de niños menores de 12 años.
Los investigadores aún desconocen si además de la cafeína hay otros componentes en las bebidas energéticas que contribuyen a causar efectos adversos. No se han llevado a cabo análisis para saber si otros ingredientes agregados son seguros para los niños y nunca se han probado en combinación.
De acuerdo con Lipshultz, la Food and Drug Administration de Estados Unidos prohibió en 2010 las bebidas energéticas envasadas con contenido de alcohol. Desde entonces, las llamadas a los centros de control de envenenamiento sobre dichas bebidas disminuyó drásticamente, lo que demuestra la efectividad de la prohibición; sin embargo, mucha gente personaliza sus tragos mezclando bebidas energéticas y alcohol.
Los reportes de los centros de control de envenenamiento subestiman el problema, ya que muchas personas que se enferman a causa de las bebidas energéticas no llama a las líneas de ayuda y no se incluyen las visitas a emergencias. Según Lipshultz : “La información reportada probablemente representa únicamente la punta del iceberg”.
- Los investigadores solicitan que los productos estén mejor etiquetados e informen sobre el alto contenido de cafeína en las bebidas energéticas y sus consecuencias subsecuentes en la salud, así como que continúen los esfuerzos para disminuir la exposición de los niños a dichos productos.