Si bien lo agujeros negros se están estudiando desde hace tiempo, una parte considerable de ellos está escondido bajo un velo. Por alguna razón que aún no está determinada por los astrónomos, muchos de estos objetos masivos están detrás de una nube de polvo estelar lo que ha dificultado su estudio, hasta ahora.
Utilizando el observatorio de rayos X de la Nasa NuStar, astrónomos del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica (IA), pudieron establecer nuevos límites a las características de uno de los tres agujeros negros gigantes más cercanos, ubicado en la galaxia Circinus, a unos 10 millones de años de la Vía Láctea. Concluyeron que la radiación del material que está cayendo al agujero efectivamente está oculto y que es más brillante de lo que se pensaba. El trabajo fue publicado por Astrophysical Journal.
Sólo una fracción de los agujeros negros masivos está creciendo considerablemente por el gas y polvo interestelar que cae en ellos. Esa caída produce que el gas se caliente mucho, lo que, potencialmente, puede hacerlo brillar incluso más que las estrellas cercanas. Pero, misteriosamente, la mayoría de estos agujeros gigantes masivos están escondidos detrás de densas nubes y algunos astrónomos creen que esto tendría relación con cuán activos están. El problema es que son muy pocos los que se pueden estudiar y, por ello, los datos obtenidos pueden ser malinterpretados.
Estos resultados, explica Patricia Arévalo, quien era investigadora del IA cuando se desarrolló el trabajo, son importantes porque hasta ahora no se había podido observar con el detalle suficiente un agujero negro cubierto. “En alguna etapa de su evolución los agujeros negros son rodeados por gas, pero no hay consenso sobre cuándo ni por qué”, explica la astrónoma. “Con nuestros resultados, pudimos comprobar que los agujeros negros ocultos cercanos son comparables con los que se pueden observar directamente, clarificando así resultados anteriores que eran confusos”.
“Este trabajo es importante porque nos permite extrapolarlo al resto de los agujeros negros activos cercanos en esta condición y, además, entender mejor los más lejanos. Además, en términos más amplios, no permite comprender cómo ha sido la evolución de estos objetos y sus galaxias a través de la historia del Universo”, explica Franz Bauer, académico del IA y participante del estudio.