Los corrimientos de tierra causan unas 10 000 víctimas al año. Cerca del 60 % de los corrimientos son provocados por seísmos. Investigadores del IRD y del INGEMMET de Perú acaban de medir, por primera vez, uno de estos desplazamientos del suelo provocado por un terremoto. Este desplazamiento, que tuvo lugar en la región de Maca (al sur de Perú) en julio de 2013, provocó un hundimiento del suelo que ha sido estudiado durante más de un mes.
Los datos recientes y el modelo que resulta de ellos revelan también la analogía mecánica entre los movimientos terrestres y las fallas tectónicas, por lo que se presentan nuevas perspectivas de estudio de la dinámica de estas últimas.
En los seísmos en zonas montañosas, cerca de la tercera parte de las víctimas se debe a los corrimientos de tierra provocados por los temblores. Sin embargo, la mecánica de estos movimientos del suelo causados por la acción sísmica es poco conocida debido a los pocos datos registrados in situ durante los terremotos.
El desplazamiento se triplica tras el temblor
Investigadores del IRD y del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET) peruano acaban de aportar los primeros datos tras la observación de un movimiento de tierra reactivado por un seísmo que tuvo lugar en julio de 2013 al sur de Perú. Las mediciones del GPS muestran que la respuesta del suelo es concomitante a la sacudida, con un desplazamiento simultáneo de 2 cm, pero, también, continúa después del seísmo. Así, el corrimiento se prolongó durante cinco semanas en las que la amplitud del desplazamiento del suelo se triplicó y alcanzó los 6 cm. Este estudio está publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Una respuesta tectónica en miniatura
Asimismo, los nuevos datos han permitido modelizar la mecánica del corrimiento de tierra y mostrar un comportamiento del suelo similar al de las fallas activas como respuesta a los terremotos de gran magnitud. Dicho de otra forma, este estudio muestra la analogía entre la mecánica de los corrimientos de suelo y la de las fallas tectónicas activas. Más allá de la prevención de riesgos asociados a los corrimientos, se presentan, de este modo, nuevas perspectivas de investigación para el estudio de estas fallas. Los movimientos de tierra, debido a sus dimensiones más reducidas, a su carácter más superficial y a su dinámica más intensa, podrán servir de modelo para conocer mejor los parámetros de fricción de las fallas, a una escala intermediaria entre el laboratorio y la realidad.
Una zona sensible amenazada
El corrimiento de Maca, cuyos efectos perduran, cubre una superficie de cerca de 1 km². Afecta a un pueblo de unos 900 habitantes situado en el valle del Colca, a 70 km al norte de Arequipa. También provoca el hundimiento de una ruta muy turística (160 000 visitantes al año) y amenaza algunas terrazas preincaicas. Debido a la fuerte sensibilidad de esta zona a los seísmos, el fenómeno se sigue por GPS desde 2011, gracias a la colaboración entre el IRD y el INGEMMET. Las lluvias, concentradas de diciembre a abril, son otro factor que favorece el hundimiento. Por eso, el gobierno regional de Arequipa ha pedido la reubicación de los habitantes de Maca en mayo de 2013.