A menudo se descuidan los aspectos relacionados con la Salud Sexual y Reproductiva (SSR) de los adolescentes porque se consideran un sector relativamente “saludable”.
Sin embargo, enfrentan asuntos complejos que incluyen conductas sexuales de riesgo, embarazos no deseados y la adquisición de infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH, aseguró la maestra en ciencias Irene Sánchez Trampe.
En el programa La Metro en el Metro, Un paseo por el conocimiento, en el auditorio Un paseo por los libros del pasaje Zócalo-Pino Suárez, la especialista ofreció la conferencia Salud reproductiva de los y las adolescentes, en la que destacó que los jóvenes deben afrontar barreras culturales resultado de políticas y leyes discriminatorias y opresivas que limitan, por ejemplo, las opciones reproductivas de las mujeres y la falta de espacios seguros y saludables para su desarrollo.
Sánchez Trampe afirmó que la construcción del concepto de SSR ha propiciado un cambio positivo en la forma de observar la salud-enfermedad desde una perspectiva de género y derechos ciudadanos.
Esto ha generado que las personas, y en especial las mujeres, se construyan en tanto sujetos de derecho en el campo de la sexualidad y la reproducción, lo que implica tomar decisiones sobre sus vidas y sus cuerpos de manera autónoma.
Sin embargo, en muchos programas de adolescentes no se han incluido aún estos conceptos sobre salud sexual y desarrollo, y se sabe poco sobre la sexualidad sana de los jóvenes dentro de su ambiente cultural.
A nivel global, una gran cantidad de adolescentes ya son sexualmente activos antes de cumplir 20 años de edad, y alrededor de 60 por ciento no utiliza ninguna protección contra el embarazo, ni contra el riesgo de adquirir una ITS o infectarse de VIH.
La especialista en Salud Reproductiva y doctoranda en Salud Colectiva de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dijo que es necesario aprender más sobre los valores, identidad y actitudes de ambos sexos.
Los indicadores de SSR de los adolescentes se centran, sobre todo, en las consecuencias de la salud reproductiva, relegando los indicadores sobre salud sexual y desarrollo, como por ejemplo, el conocimiento y aprecio del propio cuerpo, el desarrollo de relaciones relevantes y la capacidad de negociación.
“La adolescencia es una etapa de la vida que requiere de información objetiva para facilitar la toma de decisiones de manera libre e informada en materia de salud sexual y reproductiva, medidas de prevención y de auto-cuidado, sexualidad, conductas de riesgo, anticonceptivos, embarazos no planeados, relaciones de pareja y derechos sexuales”.
La también investigadora consideró necesario el desarrollo de habilidades y capacidades para el ejercicio de una sexualidad plena y segura. Entre las recomendaciones enumeró: aprender a tomar todo tipo de decisiones; desarrollar una comunicación eficaz, tanto verbal como no verbal, y usar la asertividad para resistir la presión de los pares, así como estimular la conciencia en sí mismo basado en la autoestima y el auto-control.
Asimismo los jóvenes deben entender sus derechos y responsabilidades; saber sobrellevar las emociones; tener la capacidad para solucionar problemas; desarrollar un pensamiento crítico; actitud para relacionarse con otras personas; tener empatía, es decir, comprender las similitudes y diferencias con otras personas y rechazar los prejuicios y la discriminación, aunado a saber manejar el estrés y construir un pensamiento positivo.
(UAM)