Sor Juana Inés de la Cruz, una de las grandes glorias de la literatura en español, de todos los tiempos.
Fue una mujer exigente que no dudaba en cortarse un mechón de cabello como auto castigo al no aprender todo lo que ella consideraba necesario. La cabeza debía llenarse de ideas antés que de “hermosuras”, consideraba.
Su hambre por los libros la llevó a acumular más de 4 mil ejemplares, lo que hizo de su biblioteca, la más extensa de América Latina en su tiempo.
Pero el nombre de “La décima musa” se extendió posteriormente entre los criticos de arte por lo excelso de su escritura.
Las musas son las hijas de Zeus con Mnemosine, concebidas en nueve noches consecutivas y cada una tenía un don especial:
Calíope: musa de la poesía épica
Clío: musa de la historia
Erato: musa de la poesía lírica
Euterpe: musa de la música, especialmente la de la flauta
Melpómene: musa de la tragedia
Polimnia: musa de los cantos (himnos)
Talía: musa de la comedia
Terpsícore: musa de la danza y poesía coral
Urania: musa de la astronomía y poesía didáctica
Así Sor Juana fue colocada en esta lista, convirtiéndose en la Décima Musa