La prisión de Alcatraz, situada en la Isla de Alcatraz, junto a la bahía de San Francisco (California) era una de las prisiones más seguras y famosas de los EE UU.
En ella eran encerrados los delincuentes más peligrosos, entre ellos importantes gánsteres, como fue el caso de Al Capone.
Las instalaciones fueron primero un fuerte para posteriormente convertirse en una prisión militar. Entre 1934 y 1963 fue una penitenciaría de máxima seguridad.
La leyenda de su seguridad le viene por el hecho de estar situada en una isla y que todo el que quisiera evadirse tuviera que cruzar a nado por las frías aguas de la bahía, expuesto a sufrir una hipotermia o un ataque de tiburones.
Alcatraz fue polémica desde su apertura. La sal del mar corroía sus estructuras metálicas e incluso los propios cimientos, lo que llevó al fiscal general de aquel momento, Robert Kennedy, a tomar la decisión de cerrar definitivamente la penitenciaria en 1963.
El último preso en abandonar el penal fue Frank Watherman. Lo hizo el 21 de marzo de 1963 y declaró su satisfacción por el cierre: “Alcatraz nunca hizo ningún bien a nadie».