Frente a la necesidad de crear un mundo que mejore mediante soluciones concretas ante dificultades focalizadas, nace el plan Aalto Lab, proyecto interdisciplinario e intercultural creado en la Universidad Aalto, Finlandia, que busca la unión de universidades, empresas y la sociedad para trabajar juntos por la sostenibilidad, el aprendizaje y la participación de la cultura en múltiples niveles.
En el caso de México se eligió en la Biosfera de Calakmul el ejido 20 de Noviembre, en Campeche, para la construcción de un Eco-Hostal que se plantea como una construcción totalmente sustentable, en la cual se pueda desarrollar tecnología (baños, estufas, energía luminosa e incluso wifi) y que tenga armonía con las tradiciones mayas de la comunidad.
“El primer proyecto ocurre en China en 2010 en la World Expo, yo era estudiante de maestría en Aalto, y fui una de las integrantes del equipo, en ese momento Aalto tuvo planes de hacer el proyecto en distintos lugares del mundo una vez al año y yo había acordado ayudar cuando este fuera en México”, mencionó Claudia Garduño García, líder del proyecto Aalto Lab México, en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
El proyecto llega al país en 2012 trabajando en conjunto con el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México (ITESM CCM), y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así inició Aalto Lab México.
Comunidad 20 de Noviembre
La comunidad que se eligió para poner en acción el proyecto fue el ejido 20 de Noviembre, que se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera de Calakmul. Más de 82 comunidades viven dentro de esta reserva, que se fundó en los años 70 a partir de una reforma agraria, donde hay gente de diferentes estados del país y en la que el ejido 20 de Noviembre es la única comunidad maya.
“Nuestra propuesta es que la particularidad de los edificios que se piensan construir son específicos para esta comunidad; la metodología y la problemática tal vez sea compartida por las otras, pero si queremos tener un centro parecido en cada una de las 82 comunidades seguramente se verían muy diferentes”, aseguró Garduño García.
Lamentablemente cuando se propició iniciar el proyecto se contaba con fondos muy bajos otorgados por la Universidad de Aalto y el Tecnológico de Monterrey.
Para el año 2013, después de hacer un primer diagnóstico con la comunidad, con los alumnos de Aalto y el ITESM CCM, se logró obtener un entendimiento de cómo vivían y cómo querían vivir, y se identificaron tres proyectos principales.
El primero tenía que ver con la artesanía y el deficiente acceso a los servicios de salud, al que llamaron Artesanía para el bienestar. El segundo era la idea de rescatar la arquitectura tradicional maya y cómo hacer un modelo de vivienda sustentable. Y el último tocaba el tema de sus sistemas de agua, desde el uso que la comunidad le daba hasta la obtención del vital líquido.
Artesanía para el bienestar
De acuerdo con Garduño García, uno de los grandes problemas del ejido 20 de Noviembre es la falta de acceso al sistema de seguridad social, si bien hay un Seguro Popular para sus necesidades médicas, existe un grave problema al estar localizados en el área limítrofe entre Campeche y Quintana Roo; su hospital más cercano está en Quintana Roo pero no los recibe porque es estatal, entonces es un gran inconveniente en emergencias de salud.
Es por eso que con la ayuda de Peek Toys, empresa que se incubó en el ITESM dedicada a hacer juguetes de diseñador con motivos relativos a distintas culturas mexicanas, se imprimió el prototipo de etiquetas con el concepto de Artesanía para el bienestar.
La idea del proyecto es que ellos puedan seguir haciendo sus artesanías y al agregar las etiquetas puedan ganar más de cada venta, así el cliente tiene la posibilidad de decidir si paga 10 o 20 pesos extra por el artículo y ese fondo es destinado a sus necesidades de salud.
Eco-Hostal
La primera parte de la construcción empezó en el año 2014, los fondos necesarios se recaudaron mediante una campaña con la Transformadora Ciel, y al final del año se tuvo respuesta positiva por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia.
La construcción es totalmente sustentable, debido a la cooperación de Yectlahuilli Ingeniería Sustentable, empresa dedicada a energías limpias, quienes han aportado su experiencia en la construcción y uso de paneles solares para el consumo de energía.
También se donaron dos computadoras para que los niños puedan ir y cumplir con sus tareas, estas son cargadas totalmente con energía solar, y se espera próximamente tener Internet con el proyecto que Google está implementando en regiones donde la señal es casi nula.
La construcción contará con una tienda para las artesanías de la comunidad, comedor, cocina, dormitorios, y la parte que es el próximo paso: los baños secos que desarrollaron los alumnos del Tecnológico de Monterrey para esta nueva etapa de Aalto Lab México.
“Las estufas que ellos ocupan funcionan bien pero son de leña, lo que genera humo y podría causar daños a su salud, es por eso que estamos pensando que una de las siguientes fases del proyecto abarque el tema de la energía”, comentó la maestra Garduño García.
Cuxtha-há
Esta parte del proyecto obtuvo el segundo lugar del Premio CEMEX-TEC edición 2015, reconocimiento de proyectos en materia de desarrollo sostenible para fomentar el crecimiento económico, la transferencia tecnológica y el involucramiento social de las comunidades.
Según la investigadora, de inicio se sabía de la gran problemática con la falta de lluvia y las grandes sequías en la región de Calakmul y, por otra parte, el estudio del ordenamiento territorial mostró que el suelo tiene una composición rica en calcio por lo cual el agua se contamina al contacto con el suelo, lo que podría acarrear problemas de salud para los habitantes de la comunidad a largo plazo.
“En ese contexto el nuevo equipo formado por alumnos del ITESM CCM, UNAM y Aalto University, con la directriz de enfocarse en la problemática del agua que era la más rezagada de los tres proyectos, decidió atacar el problema desde dentro de la comunidad y en el terreno que se designó. Ahí empezó su experiencia”, mencionó Garduño García.
El equipo conformado por Alin Flores, estudiante de Arquitectura de la UNAM; Alan Ríos, estudiante de Arquitectura; Carla Ramírez, estudiante de Ingeniería de Desarrollo Sustentable; Alejandra González, estudiante de Diseño Industrial, todos ellos del ITESM CCM, alumnos de la Universidad Aalto y Claudia Garduño, exbecaria Conacyt-EXATEC como líder del proyecto, puso manos a la obra para diseñar un sistema de baños secos para enfrentar la problemática de agua en la comunidad.
El equipo investigó la calidad del agua y su forma de acceso al vital líquido; se encontró con la anomalía de las fosas sépticas las cuales no tienen suelo, y eso fue preocupante, pues todo el material se estaba filtrando al manto freático.
“Cuando se hicieron las pruebas del agua, resultó que tenía bacterias coliformes y mucha materia orgánica. Por esa razón la construcción de baños secos que eviten este problema es de suma importancia”, comentó Alejandra González.
El grupo empezó por cambiar la perspectiva que se tenía del baño seco; la idea era que después de evacuar la gente utilizara cenizas, desperdicios como aserrín o restos de comida para comenzar un proceso donde se desintegren las heces fecales y llegar a tener un material que puede ser utilizado como abono para enriquecer el suelo.
“Realmente un baño seco no utiliza nada de agua, es un concepto al que no estamos familiarizados todos o más bien sí lo tenemos en mente, pero la cuestión aquí es que hay un prejuicio de que es una letrina o es algo sucio, que no se ve bien, que huele feo y ya que no usas agua es algo desagradable”, sentenció Alan Ríos.
Para Alin Flores, este proyecto sirve como una especie de punto donde puede converger la innovación en términos de arquitectura tradicional, es decir en los baños secos, y que el mobiliario sea muy natural utilizando recursos de una manera llamativa sin dejar de lado el enfoque sustentable.
Emprender con sentido social y humano
“¿Por qué hacer arquitectura de tan buena calidad solo para las personas que tienen los suficientes recursos económicos, por qué no ayudar para que se preserve la cultura de estas personas que tienen tanta cultura e historia?”, así abordó este tema la estudiante Alin Flores.
Cuando el equipo llegó a la comunidad, se encontró con personas que le dieron una gran aceptación. La clave, aseguraron los integrantes de este, ha sido la dedicación de la maestra Claudia Garduño quien en estos años de trabajo ha creado un vínculo de confianza.
«Son muchos los problemas que enfrenta la comunidad del 20 de Noviembre: la falta de agua y el poco apoyo del gobierno, la poca asistencia médica, el bajo ingreso a su economía, pero aun así siempre están decididos a hacer frente a los problemas y eso se observa en la participación en el proyecto. El gran trasfondo político del proyecto es hacer que la gente también alce la voz, que ellos mismos sean partícipes del proceso y que su cultura no muera, no es que no se transforme pero que transforme con su participación. Por eso es importante no olvidar que unidos las cosas funcionan mejor”, afirmó la maestra Claudia Garduño García.
Daniel Valles Peticholi
México, DF. (Agencia Informativa Conacyt)