A contrapelo del discurso político que afirma que los conflictos sociales se darán en los próximos años en la disputa por el agua, investigadores de 14 instituciones que han trabajado en la dimensión social del cambio climático, afirman que los conflictos tienen otra raíz, como la pobreza, el difícil acceso a la educación o la corrupción en instituciones políticas y administrativas.

Los investigadores internacionales se reunieron en Nicosia (Chipre) los días 10 y 11 de diciembre para presentar y debatir los resultados de los estudios realizados a lo largo de tres años en varias áreas del Mediterráneo, Oriente Medio y Sahel en el marco del proyecto CLICO (www.clico.org) para investigar las dimensiones sociales del cambio climático, y en particular los conflictos relacionados con el agua y la amenaza que pueden suponer para la seguridad nacional y humana.

Los efectos del cambio climático sobre el agua se prevé que se intensifiquen en el Mediterráneo y sus regiones vecinas en los próximos años, lo que podría amenazar aún más la seguridad de las poblaciones, principalmente las más vulnerables a las sequias o a las inundaciones.

En este sentido, algunos políticos han alertado sobre los peligros de las “guerras del agua” y el cambio climático como amenazas a la seguridad nacional.

Sin embargo, los resultados del proyecto CLICO indican que este discurso simplifica enormemente una realidad más compleja y que los cambios relacionados con el clima y los recursos hídricos son importantes, pero juegan sólo un rol secundario –al menos de momento- como causantes de conflictos e inseguridad humana, en comparación con otros factores políticos, económicos y sociales.

Los estudios realizados indican que la estabilidad política y la existencia de un estado del bienestar reducen las posibilidades de conflicto social y que la vulnerabilidad de las poblaciones responde en gran medida a causas preexistentes a los desastres naturales, como la pobreza, el difícil acceso a la educación o la corrupción en instituciones políticas y administrativas.

Por ello, los investigadores hacen un llamamiento a que los discursos políticos no reiteren modelos simplistas que vinculen el cambio climático directamente con el conflicto y la inseguridad: una mejor distribución de la riqueza, mayor protección social, acceso universal a la justicia y mayores niveles de democracia pueden mejorar en gran medida ambas cuestiones.    

Los investigadores han comprobado también que el desarrollo reduce los conflictos domésticos violentos por el agua, aunque en algunos casos, como con la expansión de la agricultura extensiva, puede ser fuente de tensiones y conflictos sociales.    

Liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), el estudio de CLICO ES financiado por el ámbito de Ciencias Socio-económicas y Humanidades del 7º Programa Marco de Proyectos de Investigación de la Unión Europea.    

De hecho se apunta que en los países con instituciones competentes y sistemas de protección social y seguridad civil los conflictos violentos tienen menos probabilidades de producirse y las poblaciones sufrirán mucho menos por los desastres climáticos.   

En la conferencia final de CLICO en Chipre, celebrada en paralelo a la conferencia de alto nivel EWACC 2012 (Energy, Water and Climate Change), entre otros aspectos se ha debatido la relación entre la sequía, las inundaciones y el aumento del nivel de mar y los conflictos sociales, el papel de las instituciones, los acuerdos entre países y las políticas de adaptación para paliar sus efectos.

El encuentro ha servido para poner sobre la mesa los resultados del proyecto, establecer recomendaciones políticas para mejorar la seguridad de las poblaciones y proponer nuevas ideas sobre las políticas públicas y acuerdos institucionales necesarios para promover la paz y la seguridad humana, bajo condiciones hídricas y climáticas cambiantes.

CLICO alerta asimismo del debilitamiento que se está produciendo en los sistemas de ayuda y protección social frente a desastres naturales en las regiones del Norte del Mediterráneo debido a la crisis económica y aconseja revertir esta tendencia.   

La investigación destaca la necesidad de colaboración entre las instituciones y de integrar políticas de adaptación al cambio climático en las estructuras ya existentes, como las relacionadas con el desarrollo humano y la reducción de la pobreza. Una revisión de las políticas existentes indica que en varios países éstas ya existen pero no han sido implementadas. Y en muchos casos las políticas adaptadas han acabado siendo contraproducentes por no tener en cuenta el conocimiento y experiencia de las poblaciones afectadas por los fenómenos hídricos. CLICO aconseja favorecer una mayor participación social, acompañada de políticas sociales y económicas que confieran a los grupos más vulnerables un papel significativo en los procesos participativos.

 

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