Jorge Carrasco, Miguel Ángel Montes y Héctor Garza, ganadores del Premio Odebrecht México 2015

Jorge Carrasco, Miguel Ángel Montes y Héctor Garza, ganadores del Premio Odebrecht México 2015


El poliestireno expandido (EPS) es un plástico que se utiliza ampliamente en México en la industria de la construcción y de los empaques, ya que es un material ligero pero resistente y aislante; sin embargo su impacto negativo hacia el medio ambiente es innegable: es un producto derivado del petróleo y tarda de 500 a 800 años en degradarse.

Conjuntando su conocimiento y el deseo común de encontrar una alternativa sustentable que pueda sustituir al poliestireno expandido, Héctor Garza, alumno de la carrera de Ingeniería Civil (IC); Miguel Ángel Montes, alumno de Licenciado en Negocios Internacionales (LNI); y Jorge Carrasco, alumno del Doctorado en Biotecnología (DBT), desde hace ocho meses trabajan en conjunto en el desarrollo de un biomaterial realizado a base de residuos agrícolas.

Su innovadora propuesta los ha llevado a ser los ganadores de la primera edición del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible México 2015, con el cual la empresa global de origen brasileño busca incentivar a jóvenes universitarios para que realicen proyectos que mejoren la vida de sus comunidades y entorno.

“El gran potencial para la generación de soluciones innovadoras para lograr el desarrollo sostenible se encuentra en la comunidad universitaria”, señaló Luis Weyll, Director General de Odebrecht México en la ceremonia de premiación que se realizó el pasado 27 de abril en la capital del país.

“Desde el inicio pensamos en crear algo diferente, que realmente fuera funcional e innovador”, destacó Héctor. “En general, la cultura que vivimos desde que entramos al Tec nos ha impulsado bastante a querer emprender algo”, añadió.

Para ellos, ha sido muy importante la visión que cada quien aporta desde su disciplina académica, compartió por su parte Miguel Ángel, quien su carrera la ha cursado bajo la Modalidad Emprendedora, permitiéndoles contar así con el apoyo de la Incubadora de Empresas de la Institución.

“Esto es el resultado de la intersección de la ingeniería de materiales y la biotecnología. El material al buscar que sea para la industria de la construcción tiene que probarse mecánicamente por un lado, y por el otro la raíz del material se produce por medio de biotecnología”, argumentó el alumno.

Biomaterial con doble beneficio

Además de buscar que se reduzca la producción de poliestireno expandido y sus consecuencias para el medioambiente, los alumnos le han sumado otra ventaja a su propuesta: darle un uso útil a los desechos agrícolas, ya que en México, explican, se generan al año alrededor de 76 mil millones de toneladas de residuos de ese tipo.

“Es tanto volumen de desechos se queman que generan otro problema mayor como partículas suspendidas, alérgenos, incluso toxinas que son altamente cancerígenas. Por otro lado si no se queman, los desperdicios se fermentan y al hacerlo generan gas invernadero”, describe Jorge.

El biomaterial en el que actualmente trabajan se produce con micelio de hongo, cultivado con los desechos de sorgo, explicó Jorge, quien ya lleva 8 años dedicándose a la investigación de diferentes tipos de hongos y los usos que se les puede dar.

“Dependiendo de las características que se necesite -tipo de textura, resistencia, fuerza o ligereza por ejemplo- se pueden utilizar diferentes tipos de hongos”, especificó.

Aunque su propuesta está en fase de desarrollo, al material ya le pueden otorgar propiedades para que sea muy durable (característica indispensable en la construcción), pero al momento que se requiera, pueda desintegrarse fácilmente.

“En el momento que se quiera, se puede ‘inactivar’; nosotros podemos hacer que dure bastante tiempo y cuando se disponga se vuelva biodegradable, por ejemplo, si el material va a estar dentro de losas, al final del ciclo de vida de la estructura el material empezará su proceso de degradación, el cual no será mayor a dos meses”, describió el estudiante de Doctorado.

El reto para el equipo aún continúa, ya que se necesita financiamiento para concretar la producción de este nuevo material. Por lo pronto, además de recibir un incentivo económico como parte del Premio Odebrecht, también tendrán la oportunidad de viajar el próximo mes de agosto a Brasil para conocer proyectos actuales de la empresa.

Los comentarios están cerrados.