Algunas de las lesiones más comunes en los jugadores de futbol son las torceduras violentas de las articulaciones y las distensiones musculares en las piernas, las cuales en ocasiones son causadas por la ansiedad y la fatiga acumulada tras varios partidos disputados en unas semanas.
Para comprobar que estas son las lesiones más comunes, se realizó un estudio en Gran Bretaña, donde se evaluó a 91 equipos profesionales de futbol durante un torneo y registraron seis mil 30 lesiones, de las cuales 23 por ciento fueron en los muslos y 17 en rodillas o tobillos.
En relación a este tema, los especialistas coincidieron en que a nivel del organismo, ocurren reacciones en las que se involucran diversas sustancias naturales del cuerpo. El doctor Alonso Fernández Guasti, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, explicó que el nivel de ansiedad y estrés del jugador aumenta con el transcurso e intensidad del partido.
Pedro Cosculluela, especialista en medicina deportiva del Hospital Metodista de Houston, mencionó que cuando el futbolista alcanza un nivel elevado de fatiga, debilita su cuerpo y conlleva a disminuir el tiempo de reacción a nivel auditivo, visual y de movilidad ante jugadas básicas; en estas situaciones los jugadores se vuelven más propensos a sufrir lesiones.
Algunas de estas heridas son los esguinces en tobillos y los desgarres, que se presentan cuando el músculo no tiene la firmeza necesaria para contrarrestar una fuerza proveniente de una acción del juego, como un tiro a portería, donde el peso del cuerpo recae en el tobillo del pie de apoyo, que pierde estabilidad y puede lesionar el ligamento al doblarse y esguinzarse, argumentó Pedro Cosculluela.
Por su parte, Fernández Guasti explicó que el futbolista suele tener comportamientos extraños, ya sea retraerse o mal entonarse, debido a la elevación del estrés y ansiedad acumulados en el juego, pero esta condición puede causarle una lesión.
Durante este proceso el cerebro descarga grandes dosis de neurotransmisores, como las hormonas, comúnmente llamadas adrenalina y noradrenalina, cuya función es concentrar al jugador, pero una consecuencia de esta acción es colocarlo a un modo de alerta excesiva.
Por otra parte, el especialista en padecimientos musculoesqueléticos de Houston, recalcó que cuando el futbolista se fatiga, existe una pérdida de minerales y químicos en la sangre que causan calambres en los músculos, cuyo propósito es advertir al cuerpo de una posible herida si sigue esforzándose a ese grado.
Asimismo, la temperatura corporal del jugador y circunstancias de la cancha también son factores que influyen en el rendimiento del futbolista, por ejemplo, durante 90 minutos corren y sudan químicos y minerales, como sodio, potasio yy cloro, que no pueden recuperar al ingerir solo agua.
Para evitar la lesión del futbolista, el especialista sugirió que en cuanto se presente el calambre se cambie al jugador para administrarle la dosis necesaria de soluciones salinas para que le restauren los minerales y químicos en la sangre perdidos a causa del esfuerzo físico.