Los paleontólogos Adriana Albino, investigadora del Conicet y de la Universidad Nacional de Mar del Plata, y Michael Caldwell, de la Universidad de Alberta, Canadá, revelaron que un fósil encontrado en la Patagonia Argentina, dio indicios del origen de las serpientes del Cretácico Tardío de esa zona al realizar un estudio comparativo con base el cráneo y esqueleto fosilizado de la serpiente “Dinilysia patagonica”, que vivió hace 85 millones de años, con los de las especies actuales.
La posición dorsal de los ojos fue uno de las originalidades comparadas; al igual que la articulación de los huesos, que la acerca a las boas, anacondas y pitones constrictoras de la actualidad y por lo tanto sería una de las primitivas formas terrestres, distinta de las conocidas, y una importante predadora de animales de dimensiones pequeñas y medianas.
Tal modo de existencia se habría desarrollado en un ambiente mucho más cálido que el de la actualidad, que permitió la vida de otras numerosas formas de reptiles. En este contexto, la existencia de Dinilysia patagonica como una serpiente terrestre de tamaño mediano habría tenido un papel significativo dentro de la comunidad de vertebrados de la que formó parte.