La astronomía es una ciencia que nos ayuda a entender el mundo porque el astrónomo es el científico que se ha propuesto entender el sistema más grande que podemos estudiar que es el universo, afirmó el doctor en astrofísica, Armando Arellano Ferro.
Él se inició en la ciencia que estudia los astros cuando cursaba la carrera de física en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y unos amigos astrónomos lo entusiasmaron para que fuera al Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde se convirtió en asistente del doctor Carlos Cruz-González y luego, con la beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) realizó sus estudios de maestría y doctorado en la Universidad de Toronto, Canadá.
Es originario de la Ciudad de México e investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM desde 1983. Su campo de actividad es el de la astrofísica estelar por medios observacionales, en particular, la estructura y la evolución de las estrellas.
“Yo soy un astrónomo estelar; en términos astronómicos me definiría como un astrónomo estelar y observacional, a diferencia de un astrónomo teórico, lo que significa que todas mis investigaciones las realizo a través de un telescopio”, expresó Arellano Ferro, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) desde su fundación en 1984, actualmente nivel III.
En 1995 fundó el Departamento de Astronomía de la Universidad de Guanajuato, que fue el primer grupo profesional de astrónomos en una universidad estatal en México.
Observa el cosmos por medio de un telescopio
Explicó que su mecánica de trabajo consiste en observar en un telescopio una serie de objetos cósmicos con un plan bien definido y después tomar esos datos “en bruto” del telescopio y transformarlos a través de una serie de procesos matemáticos y físicos para extraer la información física del objeto observado, codificada en los datos.
El astrónomo mexicano confesó que le interesa la física de las estrellas, en particular las estrellas que pulsan; por ejemplo, el sol es una estrella estable que no pulsa, pero hay estrellas que tienen un movimiento radial, como un corazón, a las cuales se les conoce como estrellas pulsantes.
En este tipo de estrellas, detalló, la energía que viene del centro hacia la superficie se encuentra, a lo largo del radio, en distintas opacidades que cambian la presión en el interior, ello levanta los mantos superiores de la estrella y entonces esta pulsa.
“Esa es una etapa evolutiva muy peculiar de las estrellas y estudiándolas hemos aprendido a determinar parámetros físicos (…) como el radio, la masa, su composición química, la edad y su distancia. Cuando uno pone todo esto junto, uno puede hacerse un esquema inteligente de cómo están estructuradas las estrellas y cómo evolucionan”, afirmó.
Estudia las estrellas pulsantes
En los últimos diez años Arellano Ferro ha estudiado estrellas que pulsan en sistemas estelares denominados cúmulos globulares: “Nuestra galaxia tiene aproximadamente unos 200 cúmulos globulares, que son subsistemas de estrellas, cada uno con cientos de miles de estrellas”.
Cuando se estudian a detalle los cúmulos globulares se puede averiguar cómo fueron los procesos químicos y físicos en los primeros años de la galaxia, es decir, se estudia la niñez de nuestra galaxia a través de estos subsistemas estelares.
Por medio de estos estudios, los astrónomos buscan explicarse por qué las estrellas pulsan, cómo evolucionan, cómo se formó la galaxia y si todas se forman igual, cómo ha sido la evolución química de la galaxia que finalmente desembocó en estrellas ricas en metales, como el sol, y que eventualmente dieron origen a los planetas y en este planeta, a la vida.
Divulgador de la ciencia
Asimismo, el divulgador científico realiza conjeturas sobre la vida en general y la posibilidad de vida en otros planetas del universo, pero visto desde la enseñanza de la ciencia y no de la ciencia ficción o de la imaginación pura.
El autor de más de 130 artículos de investigación en revistas especializadas y de los libros Por qué no hay extraterrestres en la Tierra y Cómo se mide el universo disfruta compartir sus conocimientos con el público desde la perspectiva de un astrónomo, a través de sus publicaciones y de las conferencias que imparte sobre el cosmos, pues comentó que los que se dedican a la ciencia se deben a la sociedad a quien deben informar y contribuir a desmitificar algunos conceptos.
Aseguró que la astronomía es una ciencia inevitable porque ningún ser humano ha dejado de ver el cielo y ninguno ha dejado de hacerse preguntas, entre las que resaltan a qué distancia están las estrellas y si habrá alguien mirando hacia la Tierra, las cuales hoy se pueden responder con bastante precisión desde la astronomía.
“El reto de conocer el universo es grande, pero yo creo que el intelecto humano ha salido bien librado a lo largo de estos últimos años. Conocemos el universo de una manera extraordinariamente precisa y aunque no lo conocemos todo, es mucho lo que sí sabemos”, finalizó el investigador.