El consorcio aeroespacial Astrium presentó hoy en su sede en Bremen (noroeste de Alemania) planes concretos para el primer aterrizaje europeo de un aparato no tripulado en la Luna para 2019.
La compañía evaluó para la Agencia Espacial Europea (ESA) los requisitos necesarios para el alunizaje automático de un vehículo de aterrizaje lunar no tripulado y elaboró un diseño provisional del aparato espacial.
Según el plan presentado por Astrium, el aparato podría aterrizar en 2019 en el polo sur de la Luna para recorrer el satélite con un pequeño «rover» durante los seis meses que constituirán la misión básica.
Los datos captados por el «rover» y por varios experimentos estáticos que deberá colocar el vehículo de aterrizaje en la superficie lunar permitirán a los expertos obtener una comprensión inicial de la zona polar de la Luna y aportarán, además, información básica de cara a futuras misiones de exploración con seres humanos.
El coste de la misión, sobre cuya continuidad deberá decidir en noviembre la conferencia ministerial de la ESA, asciende según los cálculos de la compañía de tecnología espacial a alrededor de 500 millones de euros.
A pesar de la crisis, el vicepresidente de sistemas orbitales y de exploración de Astrium, Michael Menking, se mostró esperanzado.
«Creo que realmente hay buenas oportunidades para que el programa tenga continuidad», declaró.
Por el momento, hasta 2014 se destinarán al estudio alrededor de 90 millones de euros para continuar con el desarrollo de las tecnologías para el alunizaje del vehículo no tripulado y sólo después el consejo ministerial decidirá sobre la construcción del «moonlander».
El estudio -basado en la tecnología utilizada para la construcción por Astrium del vehículo automatizado de transferencia (ATV), la nave de carga que da servicio a la Estación Espacial Internacional- calcula y comprueba las principales tecnologías clave para un aterrizaje automático, suave y preciso en la Luna.
Para ello será imprescindible, por ejemplo, detectar y evitar posibles peligros en la superficie lunar como piedras, cráteres y pendientes empinadas.
«En lo que se refiere a demostración tecnológica, la misión ATV da pruebas de las pericias y experiencia que Astrium posee en cita espacial automatizada y procedimientos de atraque», señaló Menking.
En este sentido, se mostró convencido de que el «singular conocimiento» de Astrium permitirá al consorcio «desarrollar las tecnologías claves, esenciales para el aterrizaje de un vehículo automatizado sobre la Luna».
Cuarenta años después del primer aterrizaje en la Luna, este satélite continúa arrojando multitud de preguntas, indicó el geólogo planetario del Centro Aeroespacial Alemán Ralf Jaumann.
«Lo que todavía no sabemos con exactitud es cómo está compuesta la Luna», dijo el experto, quien subrayó la necesidad de una exploración precisa de este satélite para entender mejor la formación del sistema planetario y, en especial, la de la Tierra.
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