La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) recomienda adoptar un plan de asistencia y de prevención sanitaria frente a los problemas cardiovasculares que sea específico para la comunidad latina residente en EE UU. El informe fue publicado el 14 de julio en la revista Circulation.
A esta conclusión ha llegado el equipo investigador, liderado por el centro médico baptista de Wake Forest en Carolina del Norte tras analizar por primera vez el panorama en el colectivo hispano estadounidense.
El trabajo resume la situación de la carga de morbilidad de las enfermedades del corazón y los accidentes cerebrovasculares y subraya la importancia de diseñar una estrategia sanitaria culturalmente adaptada a esta población.
‘»En cierto modo, este segmento de la población no ha sido tenido en cuenta'», indica Carlos Rodríguez, principal autor del informe e investigador del centro médico. ‘»Dado el gran número de hispanos en EE UU, sería muy difícil mejorar la salud del país si no se contemplase este grupo demográfico'».
Las personas hispanas constituyen el grupo étnico que más crece en el país que preside Barack Obama. Se estima que para el 2050, represente el 30% de la población total.
Factores de riesgo
Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte entre los hispanos, al igual que lo son para el resto de la población. Sin embargo, algunas encuestas sostienen que este colectivo es menos consciente del peligro.
Por su parte, el informe publicado hoy refleja que existen factores de riesgo intrínsecos en la población latina que la predisponen más a las enfermedades cardiovasculares.
“El riesgo de desarrollar un infarto de miocardio depende de varios factores de riesgo como la presión sanguínea, el colesterol o la diabetes. No obstante, el aspecto cultural de la comunidad hispana actúa sobre el riesgo y la enfermedad de una forma única”, sostiene a Sinc el experto.
En comparación con los caucásicos estadounidenses, estas diferencias incluyen la doble probabilidad de ser diagnosticados con diabetes tipo dos, el mayor consumo de tabaco entre los jóvenes –28% frente al 23%– y el riesgo cuádruple de obesidad en preescolares.
Además, el informe sostiene que las personas estadounidenses de origen mexicano son más propensas a ser hospitalizadas por un ataque al corazón. Y el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico –causado por el estrechamiento de las arterias– antes de los 60 años es doble en este grupo.
“De la escasa investigación que se ha realizado, la mayoría se centra en los estadounidenses mexicanos”, explica Rodríguez. “Aún hay un gran desconocimiento sobre el riesgo y la enfermedad cardiovascular en otras de las numerosas poblaciones hispanas”.
Medidas a tomar
Por último, el grupo investigador recomienda individualizar el trato para mejorar la salud cardiovascular y facilitar la aceptación de los tratamientos. Según el equipo, se deben considerar los valores y las creencias culturales, el idioma, el impacto de la aculturación –proceso por el cual una persona adquiere una nueva cultura– y demás factores a la hora de dar forma a las estrategias.
Entre estos métodos, se aconseja estandarizar la investigación en salud para incluir a los subgrupos de hispanos en función de sus países de origen; aumentar el personal de atención de habla hispana así como establecer programas educativos de concienciación y de prevención.
‘»Necesitamos poner la mirada sobre la población hispana e incluirla en los objetivos de salud cardiovascular que planteamos para todo el país'», concluye Rodríguez.
Referencia bibliográfica:
Carlos J. Rodríguez et al. “Status of Cardiovascular Disease and Stroke in Hispanics/Latinos in the United States. A Science Advisory From the American Heart Association”. Circulation. 2014
(SINC)