Los conocimientos científicos respecto a los orígenes, causas y tratamiento de las  enfermedades mentales aún son rudimentarios, expuso el psiquiatra psicoanalista  Alberto Fergusson, profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Rosario, en Bogotá, Colombia.

Al participar en el Coloquio Rehabilitación Psicosocial y Estrategias de Atención a Personas con Trastornos Mentales –convocado por la licenciatura en Psicología Social de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) – aseveró que se ignora demasiado sobre las afecciones psiquiátricas, en particular de la esquizofrenia.

Resulta debatible considerarla como una entidad patológica; carece del soporte científico que sustente los lineamientos terapéuticos, lo único cierto es que “los procesos psicológicos producen grandes sufrimientos”, tanto para el enfermo como para su familia, incluso son “un problema de vida o muerte”.

El especialista propone como alternativa terapéutica la auto-rehabilitación acompañada, misma que desde hace 27 años ha aplicado en la Fundación  Granja Taller de Asistencia Colombiana (Fungrata) que ayuda a los indigentes de Bogotá, ofreciéndoles terapia, capacitación, empleo y recreación para alcanzar su autonomía.

El trabajo se centra en provocar que el paciente “tome el liderazgo de su propia vida, asuma el poder de sí mismo dejándose acompañar y aconsejar del terapeuta”, quien lo orienta e informa sobre su discapacidad, los avances teóricos  y científicos y las consecuencias de la medicación.

Se parte del hecho de que los especialistas saben muy poco de las enfermedades  mentales, del funcionamiento de la mente y  del cerebro; por lo tanto, a ellos –los enfermos– corresponde decidir sobre su vida, encontrar su camino y seguir su proceso de rehabilitación. “No hay una respuesta escrita para su problema”.

La auto-rehabilitación acompañada “es una actitud, una manera de relacionarse con el usuario” basada en la importancia de reconocer la ignorancia sobre el tema” y propiciar “un ambiente humilde en el proceso de exploración y de colaboración entre el usuario y el terapeuta”.

Una evaluación del programa realizada por el doctor John Strauss, de la Universidad de Yale, lo calificó de exitoso al determinar que 50 por ciento de los casos se rehabilitó.

“Los pacientes se vuelven expertos en ellos mismos, de la condición de su patología, así rediseñan su vida de acuerdo con el grado de conocimiento de la enfermedad. Los sujetos tienen la idea de cómo vivir para no psicotizarse, para no entrar en una sintomatología profunda, toman las medidas necesarias para sobrevivir mentalmente”.

El presidente de Fungrata señaló que los efectos psicóticos de los enfermos mentales se desencadenan por vivir en un ambiente de presiones, “por ser forzados por la sociedad a tener un tipo de comportamiento con parámetros que no son para ellos”.

Estas personas “han estado sujetas siempre a demasiados tratamientos forzados; forzados a ingresar y salir de hospitales psiquiátricos, forzados a dejar a sus familiares y comunidades, a utilizar medicación psiquiátrica, a asumir determinados estilos y sistemas de vida, y así sucesivamente; también ha existido la tendencia de no responsabilizarlos de sus actos; el enfoque de la auto-rehabilitación acompañada intenta modificar estas tendencias”.

La propuesta “es forzarlos lo menos posible a sentir y actuar de determinada manera, pero al mismo tiempo apoyándolos a ser responsable de sus actos”, pero   contando con  su consentimiento”.

Fungrata ha tenido éxito porque es un asilo de puertas abiertas que labora en comunidad, respeta los derechos humanos, evita la medicación y propicia la  diversidad de opciones para su integración social.

Los comentarios están cerrados.