Los investigadores Gabriela Gutiérrez Pliego y Víctor Gerardo Martínez, del Tecnológico de Monterrey, campus Querétaro, crearon un compuesto a base de papel bond reciclado y bagazo de maíz llamado Bioixim, que puede ser utilizado para la construcción y decoración de interiores, material que obtuvo la patente nacional en febrero de 2013.
El compuesto biodegradable, libre de tóxicos y capaz de sustituir la fibra de vidrio, la espuma de poliuretano y el poliestireno expandido, materiales usados en la industria automotriz, de construcción y en la fabricación de juguetes y artículos deportivos que tienen la característica de ser de difícil desintegración.
Bioixim es el resultado de la combinación de la matriz de celulosa, obtenida de papel bond reciclado y fibra de maíz en polvo (hoja y residuos molidos, excepto la caña y la mazorca) que son mezclados y presionados en un molde para extraerle el exceso de agua, además se le agregan aditivos y colorantes naturales generando un material grueso y resistente.
La materia prima es obtenida de sembradíos de maíz. Se espera que en un futuro la producción de Bioixim, que comenzó en Querétaro y se trasladó a Xalapa, genere ingresos adicionales a los agricultores, quienes otorguen lo que para ellos es basura pero que Gabriela Gutiérrez y su equipo de trabajo convierten en un producto útil.
Como resultado de la investigación de los profesores de la licenciatura en diseño industrial, surgió la empresa Ecopilia, desarrollada en la incubadora del Tec de Monterrey, dedicada a la decoración de interiores; como cuadros de Bioixim, ligeros y de fácil colocación.
Ecopilia también ha fabricado macetas con este material, que en su interior cuenta con una semilla. La intención de este producto es que cuando se deba trasladar a un jardín o una maceta más grande se haga con todo y la maceta biodegradable a base de maíz, que actuará como abono, evitando que la planta muera en la transición.
Los investigadores buscan otras propiedades del compuesto, como el aislamiento acústico, una opción para la construcción, debido a que puede utilizarse como paneles dentro de muros o en el exterior, como en cabinas de sonido.
Debido a su material poroso, Bioixim sirve para absorber impactos. Se tiene pensado su uso en la industria de electrodomésticos al sustituir el unicel en los traslados del producto, explicó Gabriela Gutiérrez.
Otra acción emprendida por la empresa es la educación ecológica, impartiendo talleres a niños para fomentar huertos urbanos en casa.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en México, se producen 45 millones de toneladas de rastrojo (desperdicio) anuales, de los cuales el 84 por ciento se obtiene principalmente de maíz, sorgo, trigo y cebada.
El 85 por ciento de rastrojo de maíz se utiliza para la alimentación de ganado, pero gracias a la invención de Bioxim esa cantidad de desperdicio puede ser utilizada en la industria de la decoración y la construcción.