La Casa de la Universidad Veracruzana (UV) ubicada en el municipio de Atlahuilco continúa innovando mecanismos que beneficien a la población de la sierra de Zongolica, convirtiéndose en una opción real de prevención y atención médica, así como de capacitación e investigación en diferentes áreas, favoreciendo de esta forma el intercambio de saberes.
Selene Caro Castillo, encargada de la Casa UV, comentó en entrevista que entre las áreas con las que se cuenta destacan las de odontología, enfermería, nutrición y medicina, en donde integrantes de las Brigadas Universitarias de Servicio Social (BUSS), además de ofrecer consultas regulares, se suman a la importante labor de prevención, a través de pláticas y talleres en preescolares, primarias, secundarias y telebachilleratos.
“Nuestro trabajo no sólo se basa en lo que podemos ofrecer desde los módulos; por el contrario, buscamos llegar al mayor número de personas a través del trabajo comunitario.”
En la actualidad, a través del área de nutrición, la Casa UV Atlahuilco busca conformar un grupo de jóvenes que se conviertan en impulsores del deporte. “Si queremos mantenernos como parte de la comunidad, debemos integrarnos en todas las actividades que en ella se realizan”, dijo Selene Caro.
Cabe destacar que todas las propuestas y acciones desarrolladas desde el interior son plenamente consultadas con la población: “No podemos implementar algo detrás de un escritorio, debemos palpar la realidad, conocerla y con base en ello –así como en las opiniones de todos– ejecutar los programas.
”El hecho de que nos regalen una sonrisa, nos agradezcan la atención y que posteriormente regresen con familiares y amigos, es un aliciente para nosotros, nos hace darnos cuenta que con el paso del tiempo la población ha aceptado a la Casa y la ha hecho también suya.”
Agregó que si bien el idioma es una de las limitantes en esta zona, pues la población habla náhuatl, a través de una compañera de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), quien “se ha convertido en asesora y maestra”, se han implementado clases que han sido recibidas por los brigadistas con gran entusiasmo.
“Gracias a éstas conocemos una pequeña parte del vocabulario, logrando una experiencia muy enriquecedora y gratificante al poder trasmitir personalmente por lo menos un saludo al usuario”, expresó.
Asimismo, relató que una de las actividades que hace poco fue realizada y que con el pasar de las ediciones aumenta su aceptación entre los habitantes de la sierra de Zongolica, es el curso de verano, que este año contó con 75 participantes entre niños y adolescentes.
“A lo largo de dos semanas se desarrollaron actividades académicas, deportivas y artísticas, en un ambiente muy sano y familiar; también nosotros como parte de la Casa aprendimos mucho, aterrizando así el sentido de espacio de intercambio de saberes.”
Para finalizar, cabe destacar que durante la realización de dicho curso se buscó –como en años anteriores– sensibilizar a los participantes sobre la importancia del cuidado ambiental, para cuyo propósito se reutilizaron materiales y se despertó el sentido del reciclaje entre ellos.