Para el investigador Duncan Richter, del Instituto Militar de Virginia, Estados Unidos, las ciencias sociales no deberían tratar de parecerse a la física y otras ciencias naturales, sino reconocer su cercanía a la filosofía. Así lo manifestó en su conferencia magistral “La posibilidad de una ciencia social”, que formó parte de la Cátedra “Ludwig Wittgenstein” de la Universidad Veracruzana (UV), organizada por el Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimiento y Aprendizaje Humano (CEICAH).
Al inaugurar formalmente la edición 2014 de la cátedra, Leticia Rodríguez Audirac, secretaria académica de la UV, resaltó que por medio de estos eventos la institución motiva a los universitarios y la comunidad en general a profundizar en el estudio de las artes, la ciencia y la tecnología, promoviendo así los valores ciudadanos a partir del legado de escritores, filósofos y científicos con quienes se entabla un diálogo conducido por expertos reconocidos mundialmente, fortaleciendo así la cooperación y el intercambio académico.
Richter, galardonado con el Premio al Desempeño Sobresaliente en Universidad del Consejo Estatal de Educación de Virginia en 2008, cuenta con varias publicaciones donde aborda la obra de Wittgenstein y sus sucesores, entre ellos Gertrude Anscombe y Peter Winch, de quienes retomó planteamientos para su disertación.
Planteó que aplicar a las ciencias sociales la metodología de las ciencias naturales es caer en un reduccionismo que se evidencia en el caso de analizar la inflación y el desempleo, donde los científicos sociales no estudiarán las sustancias químicas del cerebro que producen dichos fenómenos. “La idea de una ciencia social es que hay algo distinto en el nivel social que debe ser estudiado”, asentó.
Al aplicar la definición de método científico proveniente del diccionario de Oxford a la tarea de las ciencias sociales, surgen dificultades respecto a la experimentación, prueba y modificación de las hipótesis, ya que en las ciencias sociales no es posible ni ético experimentar con individuos, grupos o las condiciones que los rodean.
“No podemos simplemente juguetear con una economía o cultura de manera en que lo hacemos con objetos inanimados o ratones en el laboratorio para ver qué sucede”, señaló, “¿cómo podemos estar seguros que lo que ocurre en un ambiente de laboratorio controlado también se aplica al mundo real?”.
En ese sentido, consideró que para las ciencias sociales “no es el caso de que exista un método científico identificable que puede emplearse y aplicarse simplemente sin hacer ninguna otra cosa significativa”.
Al referir el trabajo de Anscombe, relativo a la concepción que tiene el individuo sobre sus acciones y sus razones para actuar de determinada manera, Ricther subrayó que “las razones sólo pueden motivar a los seres racionales y pueden ser evaluadas. La razón por la que algo ocurrió puede ser la causa de ese evento, pero también hay diferencias importantes entre los conceptos, la gramática, las razones y las causas”.
De lo anterior se deriva que al buscar una explicación científica a los actos humanos, se busca una explicación causal de los mismos y por ello la acción humana no podría ser entendida científicamente.
Es en este contexto donde enfatizó la comprensión como un elemento fundamental para comprender las acciones y las causas humanas, porque “decir que la acción humana no puede ser entendida científicamente no significa que no puede ser entendida; la entendemos y dejamos de hacerlo todo el tiempo”.
Las ciencias sociales buscan entender la conducta humana y ello implica ver el sentido de la actividad humana, a diferencia de los científicos naturales quienes “adoptan una perspectiva externa de lo que estudian”, advirtió, “los científicos sociales realmente no pueden hacer esto y esperan entender a sus sujetos del modo en que normalmente queremos entenderlos”.
Finalmente expresó que los estudios sociales, retomando la perspectiva de Winch, involucran una perspectiva interna de las personas que están siendo estudiadas, sin embargo la búsqueda del sentido de determinadas actividades humanas no implica que el observador las respalde.
“Como observador externo puedo ver la conducta de otros como perversa o irracional, pero sólo puedo entenderla si me relaciono con ella en algún sentido y esto es significativamente diferente a cómo se entiende el paradigma de los métodos en las ciencias naturales”, observó.