Leguminosas como la lenteja, el frijol, los chícharos y los garbanzos, importantes para la nutrición humana, podrían incrementar su producción gracias a una bacteria del género Micromonospora, la cual mejora la producción de dichos granos, según revela el estudio realizado por un grupo científico, que revoluciona el estudio de las interacciones entre plantas y microorganismos, de la Universidad de Salamanca, en España, del cual forma parte la doctora Martha Trujillo Toledo, mexicana.
Tras aislar y estudiar la Micromonospora en el 2003 se descubrió que este microorganismo mejora la producción de dichos granos. No obstante, al tratarse de una línea de investigación nueva y que sólo dos laboratorios en el mundo estudian la interacción de las leguminosas con el microorganismo, por el momento se desconoce la forma en que ésta llega a la planta.
“Lo que sabemos es que es capaz de penetrar los tejidos del vegetal y promover su crecimiento, el cual incrementa en un rango de 25 a 35 por ciento. Por otra parte, el microorganismo pertenece al grupo de las actinobacterias, que es uno de los mayores productores de antibióticos y otras sustancias. En este sentido, descubrimos que una de nuestras cepas produce moléculas antitumorales, por lo que la aplicación biotecnológica pudiera ser importante”, resalta la investigadora, quien forma parte de la Red de Talentos, capítulo España.
Agrega que un porcentaje importante de su trabajo de investigación se ha dedicado a describir todas las especies nuevas de Micromonospora. “De ahí nos planteamos el objetivo de intentar entender qué relación tienen la bacteria y la planta, para lo cual realizamos ensayos en cámara climatizada, donde cultivamos la planta con todos los nutrientes que necesita para desarrollarse, pero al añadir la bacteria su crecimiento aumentó”.
Apunta que todavía siguen estudiando dicha interacción, pues todavía no se sabe qué es lo que aporta la bacteria a la planta. “También observamos que el número de los nódulos de las leguminosas, estructura donde se fija el nitrógeno que necesitan, prácticamente se duplica”.
Otro de los aspectos más importantes del trabajo consistió en realizar estudios moleculares de la bacteria para identificar los genes importantes para la interacción con su hospedador. En este aspecto, la secuenciación ha revelado una gran sorpresa, pues casi 200 genes codifican enzimas que destruyen tejido vegetal, lo cual resulta paradójico en una bacteria que se encuentra en el interior de las plantas y que favorece su protección y crecimiento, según han demostrado anteriores estudios.
La doctora Trujillo Toledo refiere que al profundizar en el entendimiento de la relación planta-microorganismo, en un futuro la bacteria se podría aplicar como un potenciador del crecimiento de leguminosas para mejorar la producción para los agricultores.
Cabe destacar que el grupo de investigación de la doctora Trujillo Toledo tiene alrededor de 30 especies diferentes de plantas muestreadas no sólo en España, también en otros países europeos, Nicaragua y Australia. Asimismo, en México tienen un proyecto en conjunto con la doctora María Valdés Ramírez de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, ya que también encontró la bacteria Micromonospora en otras plantas que también producen nódulos y fijan nitrógeno al igual que las leguminosas.