Un equipo interdisciplinario de científicos chilenos y extranjeros concluyó que no se hallaron evidencias de un envenenamiento que haya causado la muerte del Premio Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, en septiembre 1973, informó hoy el Servicio Médico Legal de Chile (SML).
«Los análisis toxicológicos efectuados en los restos óseos del señor Pablo Neruda acreditan la presencia de productos farmacéuticos para el tratamiento de enfermedades cancerosas, específicamente del cáncer de próstata, que eran utilizados en la época», dijo Patricio Bustos, director del SML.
A juicio del directivo «no se han encontrado agentes químicos relevantes que pudieran relacionarse con el desenlace de la muerte del señor Pablo Neruda».
Un equipo multidisciplinario designado por la Corte de Apelaciones de Santiago, conformado por peritos odontólogos, antropólogos, médicos forenses, biólogos, bioquímicos y toxicólogos llegó a estas conclusiones tras el análisis de los restos del artista, cuyo cuerpo fue exhumado en abril ante las dudas planteadas por su muerte, un mes después del Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973.
La decisión de realizar peritajes al cuerpo de Neruda fue adoptada por el juez especial Mario Carroza quien investiga los presuntos crímenes cometidos por el gobierno militar de Augusto Pinochet (1973-1990) aún no resueltos.
En la parte final el informe concluye que «no se ha encontrado evidencia forense alguna que permita establecer una etiología médico legal por causas no naturales en la muerte del señor Pablo Neruda, todo lo cual es cuanto podemos informar en el cumplimiento de la labor pericial encomendada».
El autor de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» murió el 23 de septiembre de 1973 dos semanas después del golpe de Estado que derrocó al ex mandatario socialista Salvador Allende a raíz según se informó entonces de las complicaciones de un cáncer a la próstata que padecía.
En mayo de 2011 en un reportaje aparecido en la revista mexicana Proceso, el asistente y chofer del escritor, Manuel Araya, de 65 años reafirmó un testimonio entregado a la prensa local en 2004, sosteniendo su convicción que Neruda fue asesinado por agentes del régimen de Pinochet.
De acuerdo con el relato de Araya el propio Neruda les comunicó a él y su mujer Matilde Urrutia que era intervenido en forma irregular por médicos del centro asistencial por lo que les pidió apresurar los preparativos para su salida del país al exilio hacia México.
Las dudas planteadas por el reportaje periodístico llevaron al Partido Comunista de Chile a entablar acciones judiciales en 2011 para determinar las verdaderas causas de su muerte.