Por lo general, el bagazo de caña es visto por los productores como un desperdicio o basura, solo el 30 por ciento se usa como composta, mientras que el 40 por ciento lo utiliza como una biomasa para generar combustible y el resto lo tiran o queman. Es por ello que estudiantes de arquitectura de la Universidad Valle del Grijalva en Comitán, Chiapas, diseñaron un proceso para crear bloques de arena y bagazo de caña para la construcción de casas y aprovechar este 30 por ciento que se desperdicia.
El proyecto se llama “Tratamiento de desechos orgánicos para mitigar el cambio climático y la creación de materiales para la construcción” y fue el ganador del reto Cambio climático del Concurso Vive conCiencia 2017, organizado por 42 instituciones, encabezadas por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
El concurso está dirigido a estudiantes de universidades públicas y privadas del país, para que a través del uso de la ciencia y tecnología, contribuyan a solucionar los 10 retos de la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación: Agua, Cambio climático, Educación, Energía, Investigación espacial, Medio ambiente, Migración, Salud mental y adicciones, Seguridad alimentaria y Salud pública.
Alejandro Márquez Aguilar, uno de los estudiantes que forma parte del proyecto, comentó que comúnmente los arquitectos están enfocados al diseño y la estética de las construcciones, pero en un esfuerzo de ir más allá, buscaron mejorar las condiciones ambientales al crear un tabique a base de bagazo de caña.
Aclaró que eligieron la caña como materia prima, ya que Chiapas es el sexto productor a nivel nacional, por lo que se producen miles de toneladas anuales y también hay mucho “desperdicio”, que al quemarse o tirarse, contribuye a la contaminación del ambiente y al aumento de los gases de efecto invernadero.
Para la fabricación del bloque se utilizó una mezcla de bagazo de caña y ceniza, así como arena y cemento.
“Aún estamos en las pruebas de laboratorio para determinar la fórmula exacta para realizar este material de construcción. Sin embargo, ya hicimos un prototipo y lo sometimos a algunas pruebas como de resistencia. Ahí comparamos el bloc convencional con el bloc de caña. Al golpear ambos con la misma fuerza, el convencional se desmoronó, mientras que el de caña solo tuvo abolladuras”, explicó Márquez.
La mayor resistencia se debe a las fibras de la caña entrelazadas, por lo tanto, la fuerza aplicada se distribuye uniformemente. Por ejemplo, si intenta quebrar un solo lápiz lo logra, pero si toma 10, ya no es tan fácil”, comentó Luis Alberto Monjaras López, otro integrante del proyecto.
El equipo, también integrado por Jonathan Nava Torres y Eyner López Robledo, busca colocar el producto primero en el mercado regional, después en el nacional y posteriormente en el internacional.
“México es el séptimo productor de caña a nivel mundial y gracias a ello tiene mucho potencial para lograr comercializar estos blocs de caña”, precisó el estudiante Luis Alberto Monjaras.
Pie de foto: Hasta ahora, las pruebas realizadas revelan que el tabique a base de caña tiene mejor resistencia que los convencionales, comentaron integrantes del equipo ganador. (Foto: Mariana Dolores).