Los métodos que tradicionalmente se usan para remover metales pesados de las aguas residuales tienen limitaciones, pues solo retiran cierto porcentaje y la cantidad restante es muy difícil de eliminar. Lo anterior motivó a un joven investigador egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Gabriel Monter Ramírez, a crear una tecnología capaz de sustraer dichos contaminantes a bajo costo y con una eficiencia que supera las tecnologías existentes.

De acuerdo con el maestro Monter Ramírez, este proyecto lo llevó a diseñar unas estructuras llamadas dendrímeros, que son moléculas con forma altamente ramificada, similar a un arbusto o un árbol con múltiples ramas.

“Los dendrímeros se adhieren y distribuyen sobre una membrana de microfiltración; es decir, unas láminas delgadas de material poroso que normalmente no son capaces de retener los metales pesados debido al tamaño de sus poros. Una vez colocados, logran una remoción total de iones de metales pesados, de la misma manera en que actuaría una anémona marina, con sus tentáculos atrapa alimento y lo concentra; en este caso, las ramas de los dendrímeros capturan los contaminantes”, detalla el investigador.

Explica que a través de los dendrímeros convirtieron a la membrana de microfiltración en una de nanofiltración. “Otra ventaja de estas estructuras es que pueden lavarse y reusarse, además de que los metales ahí capturados se remueven sin problema”.

Resalta que este proyecto de empresa, al que denominó Nanoestructurados Bromelia, integra su trabajo de maestría dirigido por la doctora Irina Victorovna Lijanova, adscrita al Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (CIITEC) del IPN, el cual ha optimizado las tecnologías de remoción de metales pesados.

Actualmente, el proyecto emprendedor está vinculado con la empresa Nanotecnología México, que es una firma especializada en nanomateriales con aplicaciones para el medio ambiente y proveedor importante de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el área de refinación para la limpieza de aguas residuales. “Está firma se interesó en el desarrollo de esta tecnología y en su comercialización”, apunta el maestro Monter Ramírez.

“En México, el problema de los metales pesados está asociado con el progreso industrial y con actividades económicas importantes, como la minería o incluso la petrolera, tanto en refinación como en petroquímica; y es a los mercados que queremos enfocarnos”, subraya.

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