La gente hace uso de la tecnología moderna de manera experta pero no entiende cómo funciona, cómo ha sido su desarrollo y la ven como resultado de algo que simplemente se da y no es así, entonces es necesario llevar el conocimiento generado por los investigadores y su explicación a la sociedad, consideró el doctor Miguel Alcubierre Moya, titular del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“En México la ciencia es un poco como el patito feo, a una buena parte de la gente no le interesa porque piensa que es muy complicada o aburrida, y el resultado es que no entienden lo que está pasando en el mundo, el cual está dominado por la ciencia y ésta ha sido el principal motor de desarrollo en Europa, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, por mencionar algunos ejemplos “, señaló.

Además Alcubierre considera necesario decirle a la sociedad que la ciencia se hace no solo para adquirir conocimiento per se, sino también para ayudar a los países y sus poblaciones a salir del subdesarrollo.

El especialista en el estudio de la teoría de la Relatividad de Einstein consideró que todavía en el siglo XX se podía tener un desarrollo solo a partir de recursos naturales, pero recordó que en México éstos se están acabando y adelantó que para el próximo siglo los países no podrán salir adelante únicamente porque tengan petróleo, “pues seguramente ya se habrá acabado para ese tiempo, por lo que la manera de salir avantes será vender tecnología, generar conocimiento y aquí estamos atrasados en eso”.

Ondas gravitacionales

Desde hace dos décadas, Alcubierre Moya se ha dedicado al estudio de las teorías planteadas por Albert Einstein, específicamente al comportamiento de las llamadas ondas gravitacionales.

“Las ondas gravitacionales son una predicción muy sólida de la Teoría de Einstein, no se tiene en este momento ninguna duda de que existan, pero no se han podido medir porque son muy débiles, lo que hace que su registro sea extremadamente difícil, se requieren instrumentos muy sofisticados y grandes para ello”, dijo.

De lo anterior, explicó que cuando en el universo dos agujeros interactúan o se fusionan se generan procesos físicos muy violentos perturbando el campo gravitacional a su alrededor el cual, en principio, se mueve como una onda que viaja a la velocidad de la luz y sería detectable en la Tierra, sin embargo es algo que hasta ahora no se ha conseguido.

En los últimos años, países como Estados Unidos, Italia y Alemania han desarrollado telescopios especializados en la detección de estas ondas y su estructura cuenta con tubos de 3 kilómetros de largo que contienen espejos y rayos láser que miden las variaciones de movimiento mínimas en los equipos.

“Cuando llega a la Tierra una onda violenta se espera que pueda mover uno de estos espejos a una distancia de la millonésima parte de un protón”. De hecho, sostuvo Miguel Alcubierre, hasta hace 15 años ni siquiera existía la tecnología para poder realizar la medición.

Una vez que dichas ondas sean detectadas, será posible utilizarlas para hacer astronomía, porque hablan de eventos astrofísicos violentos como explosiones de estrellas, choques de estrellas o agujeros negros. Las ondas gravitacionales ofrecen información sobre qué pasó o cómo se comportaron estos eventos; es una forma más de ver el universo, pero sin luz.

La Vía Láctea, la galaxia donde se encuentra nuestro sistema solar, tiene 300 mil millones de estrellas y en ella hay una supernova cada 400 mil años, lo que indica que son pocas las posibilidades de apreciar este fenómeno en el vecindario estelar, pero a nivel del universo se podría contabilizar una onda gravitacional diaria, lo que amplía las posibilidades de estudio.

En la imagen el barco solar más grande del mundo, el PlanetSolar al concluir su segunda misión.

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