Daniel Kahneman es un caso muy especial dentro de los premios Nobel, pues aún cuando abundan los casos de interdisciplinareidad en los Premio Nobel, es el primer psicólogo a quien le otorgan esta distinción, y en Economía, en el 2002.
Daniel Kahneman, junto con Vernon Smith (quien también recibió el Nobel de Economía en 2002, el sí, economista) abrieron la puerta a la llamada “Economía conductual”, por las decisiones de tipo económico que el ser humano realiza impulsado por cuestiones meramente conductuales; es la combinación de la economía con la psicología para estudiar el comportamiento de los mercados, analizando el comportamiento del hombre, sus limitaciones y los problemas que se originan desde las mismas.
Daniel Kahneman nació en Tel Aviv, Isarael, el 5 de marzo de 1934; estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en la Universidad de California, Berkeley, donde obtuvo su doctorado.
En sus primeros años su trabajo en psicología se centró fundamentalmente en temas relacionados con percepción visual y atención. A partir de 1971 inicia su trabajo acerca del juicio y la toma de decisiones. Siguió publicando sin embargo, trabajos sobre atención, algunos de los cuales son referente obligado para los estudiosos del tema.
En 1971 aparece su primer trabajo sobre sesgos del pensamiento racional, junto a su colega y amigo, Amos Tversky, con quien trabajó por décadas, y a quien refirió sus primeras palabras al conocer la obtención del Nobel, el trabajo de ambos sobre la toma de decisiones bajo incertidumbre dio como resultado la formulación de “la teoría de las perspectivas”, según la cual los individuos toman decisiones, en entornos de incertidumbre, que se apartan de los principios básicos de la probabilidad. A este tipo de decisiones lo denominaron atajos heurísticos.
Por medio de encuestas y experimentos Kahneman demostró que las personas eran incapaces de analizar situaciones de decisión complejas cuando las consecuencias futuras eran inciertas; a cambio, se valen de atajos heurísticos o de sentido común y una de las manifestaciones de los atajos heurísticos es la aversión a la pérdida. De este modo, un individuo prefiere no perder 100 dólares antes que ganar 100 dólares, lo cual supone una asimetría en la toma de decisiones.
La importancia de las investigaciones de Kahneman radican en su utilidad para modelizar comportamientos no racionales, que se apartan de la concepción neoclásica del homo economicus y se aproximan a la teoría keynesiana y algunas teorías del ciclo económico.
En 1979 publica con Tversky su aporte inicial al campo económico: “The Prospect Theory” (Teoría de las Perspectivas); junto a Tversky también publica: “Experimental economics: a psychological perspective” y en el 2000 “Choices,Values, and Frames”, considerado un hito en el estudio acerca del juicio y la toma de decisiones.
En 2002 recibió el Premio Nobel de Economía por haber integrado aspectos de la investigación psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta al juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre, junto con el economista norteamericano Vernon L. Smith (1927-), éste por haber establecido experimentos de laboratorio como una herramienta en el análisis económico empírico, especialmente en el estudio de mecanismos alternativos de mercado.
En 2011 publica su libro “Pensar rápido, pensar despacio”, en el que sintetiza cinco décadas de estudio sobre el comportamiento intuitivo y racional de las personas.
Ahí Kahneman sostiene que tenemos dos vías de pensamiento: el Sistema 1, rápido, intuitivo y emocional, y el Sistema 2, más lento, esforzado y racional. El primero proporciona conclusiones de forma automática, y el segundo, respuestas conscientes. Lo peculiar es que, en la mayoría de las ocasiones, no reflexionamos sobre cuál de los dos ha tomado las riendas de nuestro comportamiento.