De nada sirve llegar a una inversión en ciencia, tecnología e innovación del 1% del Producto Interno Bruto (PIB), si la inversión del sector productivo no se incrementa, sostuvo categórico el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Franco, quien añadió que solo así se podrá tener un crecimiento adecuado y activarse la economía de país.
 
“Si bien el incremento de los recursos para ciencia, tecnología e innovación (CTI) ha sido generoso este año (81 mil 800 millones de pesos aprobados para 2014), no vamos a poder llegar al 1% que se desea. Pero desde mi óptica no es tan relevante que lleguemos a ese porcentaje, lo es que lleguemos incrementando de manera sustancial la inversión productiva, porque de otra manera nuestra economía no se va a activar”.
 
José Franco se reunió hoy con los representantes de los medios de comunicación para hacer un recuento de los hechos ocurridos en el ámbito de la CTI en México en 2013, así como las actividades desarrolladas en los últimos 12 meses por la AMC.
 
El también director general de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México expresó que la preocupación y el reto en el tema de inversión radican en encontrar la manera de incentivar al sector productivo a que invierta más, en cómo hacer para que el capital emprendedor nacional se dé cuenta que se debe pasar a otro nivel.
 
“El día de hoy las empresas nacionales buscan al sector académico para soluciones específicas, quieren mejorar un proceso, un producto; se acercan a las universidades con esta visión muy puntual y así difícilmente vamos a hacer crecer al sector productivo. El acercamiento debe de ser mucho más ambicioso. Insisto, lo que debemos pensar es cómo le hacemos para dotar a todo un sector de nueva tecnología y capacidad de innovación”.
 
En este contexto puso como ejemplo la situación en Estados Unidos, país que invierte en CTI el 2.7 % del PIB,  porcentaje que se compone del 0.8 del PIB de fondos federales y el resto proviene del sector productivo.
 
“Por qué (esta proporción), porque la innovación es lo más caro que hay, ahí se va cerca del 60% de la inversión de esa nación, de tal forma que el sector productivo no solo cubre la parte de la innovación, sino deja un porcentaje para ciencia y tecnología. En México es exactamente al revés, pues menos del 30% de la inversión viene del sector productivo, entonces, mientras esto no cambie el país no va a cambiar”.
 
Un presupuesto que abre las puertas a nuevos investigadores
 
El aumento del presupuesto para el 2014 en CTI tiene características relevantes, valoró José Franco, y destacó como uno de los puntos importantes la apertura de plazas para jóvenes investigadores y académicos para quienes “las puertas de trabajo estaban prácticamente cerradas”.
 
Comentó que desafortunadamente en México el trabajo para personas con grado de doctorado está casi limitado a universidades e institutos de investigación, los cuales ya están saturados porque los investigadores no se jubilan y al no hacerlo no se abren nuevas plazas para las nuevas generaciones, por lo que ha habido una migración muy importante de científicos al exterior.
 
Para el país, estimó el presidente de la AMC, es urgente que se recupere a esos jóvenes por ello una fracción del presupuesto, apuntó, está enfocada a abrir 500 nuevas plazas para jóvenes investigadores, una cantidad insuficiente con respecto a la demanda, pero un buen principio en un momento clave.
 
Como parte de su plática con los medios de comunicación, Franco hizo un balance de los eventos y noticias científicas ocurridas en el año, así como de las actividades y logros alcanzados por la AMC a través de sus programas, comisiones y sus miembros, entre las que destacó el proyecto Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación; el nombramiento de Francisco Bolívar Zapata como coordinador de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Oficina de la Presidencia de la República y el de Blanca Jiménez como titular del Programa Hidrológico Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); así como la realización de las mesas de trabajo bajo el proyecto Hacia dónde va la ciencia en México.
 
También destacó los triunfos obtenidos por nuestro país en Olimpiadas Internacionales de ciencias; la participación de la Academia a través de algunos de sus programas en las Comunidades de Adolescentes en Conflicto con la Ley, especialmente la reciente firma de un convenio con la Secretaría de Educación del Distrito Federal para promover el fomento a la lectura y el acceso al conocimiento.
 
Asimismo dio especial reconocimiento a la reciente formación del Comité de Integridad Científica de la AMC conformado por nueve especialistas, y los múltiples premios que recibieron a lo largo de este año investigadores miembros de la organización.

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