Se trata de un polímero biodegradable que protege al alimento de altas temperaturas manteniendo sus propiedades nutritivas.
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollaron un sistema nanoestructurado capaz de proteger los compuestos activos de jugos y suplementos alimenticios de altas temperaturas durante el proceso de pasteurización, con el fin de conservar sus propiedades nutritivas.
La doctora María de la Luz Zambrano Zaragoza, académica del área de Investigación en Nanotecnología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, detalló que los beneficios del desarrollo llamado “Sistemas nanoestructurados como protectores térmicos de ingredientes funcionales en alimentos” son mantener naturales los compuestos, “y lo que se lea en la etiqueta, realmente esté presente durante el tiempo de almacenamiento del producto antes de su fecha de caducidad”.
La investigación inició en 2007 con el estudio del betacaroteno, un pigmento presente en plantas, frutas y verduras que puede usarse como antioxidante.
“El objetivo era analizar si al colocarle una capa protectora al betacaroteno, perdía menos propiedades alimenticias durante el proceso de pasteurización; entonces diseñamos nanocápsulas que miden menos de 500 nanómetros, hicimos un modelo similar a un chicle que tiene centro líquido. En nuestro caso el chicle es una pared de polímero biodegradable que protege al centro líquido: el betacaroteno”, puntualizó la académica responsable de la investigación.
Estas nanocápsulas se adicionarían a la bebida comercial. El consumo del sistema diseñado en el Laboratorio de Transformación y Tecnologías Emergentes en Alimentos de la FES Cuautitlán no tiene contraindicación alguna, ya que evita la interacción con nuestro sistema celular. Además al estar compuesto de polímero biodegradable, se convierte en ácido láctico y puede liberarse fácilmente.
“Lo probamos en jugo de naranja, de fresa y de sandía a 70 y 90 grados de temperatura, cuantificamos el betacaroteno en las muestras y comprobamos que su degradación es mínima, teníamos una pérdida de tan solo el 30 por ciento con respecto a las que no tenían el encapsulado, que perdían alrededor de 50 al 60 por ciento”, precisó la académica universitaria.
Además de mejorar la retención de betacaroteno en los procesos térmicos, el uso de nanocápsulas puede aplicarse a otros agentes antioxidantes en procesos como el ultrapasteurizado o la esterilización.
La investigación obtuvo el segundo lugar en la premiación del “Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación” (PROFOPI 2014-2015), cuyo fin es la promoción de la cultura de la propiedad industrial en la UNAM.
El desarrollo científico se encuentra en proceso de patentamiento. El beneficio que se obtiene al usar el sistema nanoestructurado en alimentos es que se requiere menos adición de sustancias activas durante la producción, por lo que el almacenamiento implicará menos degradación del producto por efecto de las condiciones ambientales.
(Agencia ID)