La datación de la piedra caliza en la que se hallaron por primera vez restos fósiles de mono de la especieAntillothrix bernensis es una cuestión que intriga a los científicos desde los tiempos de Darwin y Wallace, según Helen Green de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Melbourne (Australia) e investigadora principal de un estudio que acaba de resolver el misterio.
Gracias a la técnica de morfometría geométrica los investigadores han sido capaces de poner fecha a estos fósiles. En un artículo publicado en el Journal of Human Evolution, los científicos confirman que la tibia fósil hallada en una cueva submarina en la provincia de Altagracia (República Dominicana) pertenece a Antillothrix bernensis y se trataría de un primate que vivió en la isla La Española hace más de un millón de años.
Este mono, que tenía el tamaño más o menos de un gato pequeño, era arborícola y la mayoría de su dieta era a base de frutas y hojas.
“La presencia de monos del Nuevo Mundo endémicos de las islas del Caribe es una de las grandes cuestiones de la biogeografía y nuestro trabajo sobre estos fósiles demuestra que Antillothrix habitó La Española sin cambios morfológicos considerables. Mediante el establecimiento de la edad de estos restos hemos cambiado la comprensión de la evolución de los primates en esta región”, explica Green.
Una especie descrita por primera vez en 1977
La científica trabaja desde el año 2009 en la República Dominicana junto con el Brooklyn College, la Universidad de la Ciudad de Nueva York y la Universidad de Northeastern Illinois (EE UU) en la búsqueda de fósiles raros de mamíferos endémicos de las islas para investigar cómo eran estos animales adaptados a ambientes únicos.
«Se sabe muy poco del mono nativo de esta isla», apunta Siobhán Cooke de la Universidad de Northeastern Illinois. “Antes de nuestros descubrimientos en Altagracia –añade Cooke– no sabíamos casi nada a pesar de que esta especie fue descrita por primera vez por Renato Rimoli en 1977”.
Para entender mejor cómo este primate se adaptó a su entorno, Melissa Tallman y Andrea Morrow, de la Universidad Estatal de Grand Valley (EE UU), utilizaron una técnica especializada para modelar de forma tridimensional el hueso de la pata del mono. De esta forma pudieron reconstruir cómo el pequeño primate se pudo haber movido en su entorno. Además, ha permitido compararlo con otros huesos de Antillothrix, relativamente más jóvenes y recientemente descubiertos.
(SINC)