La escultura en bronce, conocida como «La sirenita», fue colocada el 23 de agosto de 1913, en su piedra de granito en la zona portuaria de Langelinie, en la Bahía del Puerto de Copenhague, que desemboca al Mar Báltico y próxima también al Real Palacio de Amalienborg.
La Sirenita (en danés Den Lille Havfrue, «La pequeña señora del mar») es una escultura de bronce con 1,65 metros de altura y 175 kilos y constituye uno de los emblemas de la ciudad.
La escultura fue creada en 1913 a instancia del empresario cervecero Carl Jacobsen, por el escultor Edvard Eriksen, quien se inspiró en el cuento escrito en 1837 por Hans Christian Andersen, llamado –precisamente- La Sirenita.
El cuento menciona que cuando una sirena cumple los 15 años, se le permite subir a mirar el mundo de la superficie, y cuando cada una de las hermanas tienen la edad suficiente, visitan la superficie por una vez cada año. Cuando cada una regresa, la Sirenita escucha con anhelo sus descripciones del mundo de la superficie y de los seres humanos. Cuando llega su turno, la Sirenita va hacia la superficie, ve un barco con un apuesto príncipe, y se enamora perdidamente de él desde la distancia. De repente se desata una tormenta, y la Sirenita salva al príncipe de morir ahogado en el mar. Luego lo lleva a la orilla cerca del templo, aún inconsciente. Ella lo acompaña hasta que una joven lo encuentra. El príncipe nunca llega a ver a la Sirenita.
Eriksen quiso que su modelo para la escultura fuera la bailarina danesa Ellen Price, gran estrella del Ballet Real, pero ante su negativa a posar desnuda tuvo que utilizar a su esposa como modelo, aunque la cara es la de la bailarina.
La Sirenita en la actualidad es el símbolo más prominente de la ciudad. Su fama es internacional y es visitada a diario por gran cantidad de turistas.
En el Parque Europa (Torrejón de Ardoz) de Madrid hay una réplica de la Sirenita situada junto al río que emula al mar.