Los científicos ya habían detectado más de cien moléculas en el espacio, desde las más abundantes y simples, como el agua, hasta las complejas y grandes cadenas orgánicas, como el benceno. Ahora se añade a la lista una más: el ión amonio (NH4+).

Un equipo de investigadores, liderado por el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y el Instituto de Estructura de la Materia (IEM, CSIC) del equipo Consolider-Ingenio ASTROMOL, así lo publican en The Astrophysical Journal Letters.

Aunque el amoníaco (NH3) ya se había encontrado, sin embargo, ésta es la primera vez que el ión amonio se detecta en el espacio a través de su variante isotópica NH3D+. En ella uno de los átomos de hidrógeno se sustituye por uno de deuterio, un isótopo del hidrógeno.

“Este ión es el punto de partida para la formación del amoníaco, NH3 y de moléculas prebióticas aminadas en el espacio”, comenta José Cernicharo, profesor de investigación del CSIC en el CAB, y uno de los líderes de esta investigación.

La detección de este ión ha sido realizada utilizando el radiotelescopio de 30 m de Pico Veleta (IRAM) en la región de formación de estrellas masivas Orión IRc2 y en una condensación de gas muy frío en la región de Perseo (B1-bS). La identificación ha sido posible gracias a los nuevos datos de espectroscopía infrarroja obtenidos por el grupo de Física Molecular del IEM.

Este grupo ha realizado medidas de laboratorio en el infrarrojo en una banda (la denominada ν4) del ión amonio deuterado NH3D+. Las medidas en el infrarrojo mejoran sensiblemente las realizadas previamente gracias a una escala de frecuencias mucho más precisa y a la gran cantidad de líneas espectrales observadas.

Los nuevo datos han permitido obtener valores mucho más precisos para la frecuencia de las transiciones rotacionales del NH3D+. La frecuencia medida coincide con la característica observada en Orión-IRc2 y B1-bS por el grupo del CAB confirmando la identificación del NH3D+ por primera vez en el medio interestelar.

“Este descubrimiento permitirá validar las predicciones de los modelos de astroquímica sobre la abundancia de amoníaco y especies aminadas en las zonas internas de objetos protoestelares, discos protoplanetarios y en regiones de formación de estrellas masivas”, señala Cernicharo.

La astroquímica estudia un rico y variado mundo en especies orgánicas, como son las regiones de formación estelar y planetaria que podrían albergar las raíces prebióticas de la vida. Esta ciencia trata de conocer el papel de las moléculas en la evolución del universo y cómo desde las no bióticas se llega a la vida.

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