Realizar desde la cámara de un teléfono celular una primera detección de cáncer de mama o de próstata, del virus del papiloma humano o de la hepatitis C, será posible con el uso de un sofisticado lector óptico de microarreglos de ADN que ya desarrollan un investigador de la UNAM y su colega de una empresa en Estados Unidos.
El innovador proyecto, que avanza con dos prototipos y una patente en trámite para esta casa de estudios, lo encabeza Luis Vaca Domínguez, del Instituto de Fisiología Celular (IFC), con quien colabora un físico experto en óptica y electrónica en el vecino país del norte.
El lector óptico para diagnóstico médico será un dispositivo que se añadirá al teléfono celular para aprovechar la cámara que tiene y se convertirá en un lector de microarreglos de ADN portátil, accesible y de bajo costo.
“Todo mundo tiene un teléfono móvil y el lector óptico permitirá leer un microarreglo de ADN para ubicar los marcadores genéticos de esas enfermedades. Será un auxiliar para la detección, que luego deberá validarse con otros estudios”, explicó en entrevista.
Médico y doctor en Ciencias Biomédicas, el universitario está a cargo del análisis y adaptación de la biología molecular del proyecto, mientras su contraparte se encarga de armar circuitos integrados y la óptica del lector.
Análisis simultáneo de genes
Los microarreglos de ADN son un grupo ordenado de muestras de genes reunidas en una superficie pequeña de vidrio, plástico o silicio en la que caben alrededor de 10 mil muestras por centímetro cuadrado.
En la era de la secuenciación de genomas completos de varios organismos, los microarreglos son una de las herramientas más útiles de la biología molecular y las ciencias genómicas, pues facilitan el análisis simultáneo de miles de genes en pequeños espacios.
Hace algunos años los estudiosos de los cambios en la expresión de los genes debían analizarlos uno por uno, pero hacia finales de la década de 1980 se crearon estos dispositivos para leer de manera simultánea miles de los genes de un organismo en un solo experimento.
“El lector óptico para diagnóstico médico realizará una detección molecular desde un dispositivo portátil y será un primer indicio de que existe una afección”, explicó Vaca Domínguez.
Con dos prototipos construidos, el universitario y su colega desarrollan un tercero, más sensible a la detección. “Aunque trabajo con un físico que hace su parte en el extranjero, él ha cedido su parte de los derechos de patente, la cual ya tramitamos a nombre de la UNAM”, aclaró.
La alianza ha funcionado muy bien porque les ha permitido obtener recursos tanto para la compañía, como para el laboratorio de Vaca Domínguez en el IFC.
“El equipo es del tamaño de una grabadora portátil, se acoplará a la cámara del teléfono celular y leerá la señal del vidrio del microarreglo, que se ve como un grupo de puntitos; cada uno de ellos es un gen. Así podemos detectar cuáles están alterados en sangre, en orina o en tejido de pacientes”, indicó.
El proyecto iniciará con la detección de cáncer de mama y de próstata, que son los que más afectan a mujeres y hombres; seguirá con la de virus como el de hepatitis C. “Los marcadores que incluyen los microarreglos son sugerentes de un problema y después una evaluación clínica permitirá confirmar el diagnóstico”, precisó.
La idea es hacer este diagnóstico masivo, de tal forma que el estudio del microarreglo cueste 10 o 15 pesos cuando se produzca a gran escala. “Queremos lograr que sea muy económico y se pueda utilizar –por parte de médicos y enfermeras– prácticamente en cada consultorio del país”, finalizó.