Aunque parezca ridículo, en materia de derechos humanos el concepto de dignidad no existe, su planteamiento es “vago, oscuro e impreciso”; por lo tanto, es necesario definirlo para lograr consensos en el tema, planteó Luis Antonio Romero García, estudiante del Doctorado en Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV).
El universitario participó en el congreso “Razón, política y cultura: un diálogo entre la filosofía y las ciencias sociales y humanas” que organizó la Facultad de Filosofía, y que se desarrolló del 6 al 9 de mayo en el auditorio “Jesús Morales Fernández” de la Unidad de Humanidades.
Romero García dictó la ponencia “Definir el concepto de dignidad: una tarea necesaria para el logro de consensos en materia de derechos humanos”, en la que planteó que la base de un acuerdo tendría que asentarse, necesariamente, sobre el concepto de dignidad, pero éste tiene que definirse de manera correcta.
Además aclaró que no pretendía dar una definición certera, pero sí elementos que llevaran a ello. Se remontó a la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. En este documento aparece por primera vez el planteamiento de dignidad “por una razón histórica: los crímenes cometidos en la Segunda Guerra Mundial”.
Agregó que tal concepto a lo largo de la historia de los derechos humanos ha sido manipulado y utilizado para defender incluso posturas rivales o contrarias. “Es un concepto netamente vacío y solamente retórico”.
Tras una asidua revisión de las distintas declaratorias sobre derechos humanos “no hay una definición de dignidad, parece ridículo”, indicó.
Al no haber una definición, cabe decir que se trata de un concepto “vago, oscuro, impreciso, vacío”; por otro lado, que es de origen netamente religioso.
Para el universitario existe un peligro al momento de definir conceptos fundamentales: “Si definimos un concepto fundamental como éste, de manera precisa, clara y cerrada, podemos dejar fuera algunos casos en su aplicación”.
No obstante, la paradoja es solamente aparente, pues aunque no haya una definición explícita, se puede deducir el concepto en los artículos de las diferentes declaraciones sobre derechos humanos, subrayó.
Luis Antonio Romero García propuso que la definición del concepto sea secular, universal y provisional.