Científicos del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center en conjunto con investigadores daneses, desarrollaron una nueva droga anticancerígena que está diseñada para viajar por el flujo sanguíneo hasta localizar y atacar proteínas específicas de células cancerosas.

Durante los estudios de laboratorio, los investigadores observaron que la droga llamada G202 reducía el crecimiento de los tumores prostáticos en un grupo de ratones en casi 50 por ciento en 30 días. En comparación con la droga que se usa durante la quimioterapia para atacar las células cancerosas, docetaxel, la cual redujo 1 de ocho tumores en 50 por ciento, la G202 dio mejores resultados, con la reducción de 7 de 9 tumores en 50 por ciento, en el periodo antes indicado.

Asimismo, la droga G202 produjo casi el mismo porcentaje de regresión en otros modelos animales de cáncer como el de mama, riñones y vejiga.

Esta nueva droga es químicamente derivada de una hierba llamada Thapsia garganica, que crece naturalmente en la región del Mediterráneo. Desde la antigua Grecia es conocida por ser tóxica para los animales; entre las caravanas árabes, la planta fue conocida como la “la raíz de la muerte”, ya que podía matar a un camello si la comía.

La meta fue rediseñar esta planta tóxica en una droga contra el cáncer mediante la modificación química, dice el autor líder del estudio, Samuel Denmeade, profesor de oncología, urología, farmacología y ciencias moleculares del John Hopkins.

La acción de la droga consiste en localizar, en el caso del cáncer de próstata, una proteína llamada antígeno prostático (liberado por las células que recubren los tumores de la próstata), al identificarlo lo utiliza como marcador y libera toxinas en el tumor y en los vasos sanguíneos que lo alimentan, cortando el suministro. Específicamente, las toxinas bloquean la función de una proteína llamada sarco retículo endoplasmático de calcio o sarco/endoplasmicreticulum Ca (SERCA), necesaria para que las células mantengan sus niveles vitales de calcio.

Debido a que la G202 bloquea una proteína que todas las células necesitan para mantenerse con vida, los investigadores dicen que sería difícil que las células del tumor crearan resistencia a la droga, ya que no pueden dejar de producir la proteína para evitar la acción de la toxina, esto gracias a la especificidad de su acción, un buen ejemplo de lo lejos que puede llegar el diseño de un droga en el laboratorio.

 

Bibliografía

S. R. Denmeade, A. M. Mhaka, D. M. Rosen, W. N. Brennen, S. Dalrymple, I. Dach, C. Olesen, B. Gurel, A. M. DeMarzo, G. Wilding, M. A. Carducci, C. A. Dionne, J. V. Moller, P. Nissen, S. B. Christensen, J. T. Isaacs. “Engineering a prostate-specific membrane antigen-activated tumor endothelial cell prodrug for cancer therapy”. (2012). Science Translational Medicine

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