Periodista, escritor y militante, tres aspectos que se fusionaron en uno solo y que no pueden separarse, dijo la doctora Beatriz Stolowicz Weinberger al referirse a la vida del escritor Uruguayo Eduardo Galeano, quien falleció este lunes a la edad de 74 años en su natal Montevideo.
En entrevista, la profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) comentó que se trata de una gran pérdida para la humanidad, “cada vez que perdemos a alguien de la talla de Eduardo, nos sentimos más solos. Afortunadamente, plasmó su palabra por escrito y nos queda una obra inmensa que ya es un clásico antes de su muerte: su pensamiento emancipatorio latinoamericano”.
La académica de la Unidad Xochimilco de la UAM habló de una obra literaria y social, la cual comenzó en el campo periodístico, cuando Galeano inició su labor dentro del legendario semanario llamado Marcha, dirigido por Don Carlos Quijano, uno de los tantos exiliados que recibió México en los años setenta.
De acuerdo con la también ensayista mexicana, Galeano fue capaz de evocar el sentido del refugio tras el golpe de Estado suscitado en Uruguay con la fundación de su revista Crisis en Argentina. Después, partió a España tras el golpe de Estado argentino, y más tarde fue acogido en la Casa de las Américas en Cuba.
“Lo que lo da a conocer en el mundo es su célebre publicación de 1970 titulada Las Venas abiertas de América Latina, que fue un libro de iniciación para varias generaciones de jóvenes que pudieron acercarse a la historia de la ignominia de nuestro continente”, destacó.
Stolowicz Weinberger, del Departamento de Política y Cultura, indicó que con ese libro, Galeano marcó un parteaguas en la creación literaria latinoamericana a tal grado que produjo gran irritación en los opresores y en los intelectuales.
Stolowicz Weinberger mencionó que “siendo un escritor famoso, universal, apreciado, nunca frecuentó los salones del poder económico y político a diferencia de otros escritores que se decían críticos. Eduardo Galeano era un hombre de izquierda sin dobleces y todo su tiempo lo volcó a estar junto a los pueblos indígenas en lucha, con las mujeres, universitarios, sindicatos y con los obreros”.
Acerca de su presencia en nuestra institución, expresó que “tuvimos la alegría inmensa de tener a Eduardo Galeano en la Unidad Xochimilco de la UAM el 13 de octubre de 1995. Ese año, el autor visitó México para presentar su libro Fútbol a sol y sombra. Brindó una conferencia magistral titulada Comunicación Desigual, la cual fue un acontecimiento multitudinario”.
“Teníamos nuestros dos auditorios repletos, el espacio interauditorios, la Plaza Roja llena de todos los que venían a escucharlo y verlo. Llegaron muchas personas en autobuses provenientes de otras universidades, un evento que tuvo el apoyo del entonces rector de la Unidad, el químico Jaime Kravzov Jinich. Fue una fiesta latinoamericana”.
Cabe destacar que en el número ocho de la revista Política y Cultura que edita la Unidad Xochimilco de la UAM se publicó la mencionada conferencia.
Apuntó que “Eduardo Galeano fue un apasionado del fútbol, como suelen ser los uruguayos y los cosureños; convirtió el fútbol en poesía, lo cual no era muy frecuente, mucho menos entre los militantes de izquierda. Sin embargo, lo retomó para su análisis y creación literaria, eso lo dotó de una gran peculiaridad”.
“Fue un hombre íntegro, que nunca temió estar a contracorriente, no dejó de ser políticamente incorrecto en la búsqueda de la verdad, ha sido un regalo para todos y espero que su obra se convierta en libro de texto para las nuevas generaciones”, abundó.
El libro de los abrazos y El mundo patas arriba son otras obras que recomienda la investigadora a sus lectores, “en estos dos libros Galeano habla de aquella Latinoamérica profunda, que actualizó constantemente”, concluyó.
(UAM)