En plena campaña por la sucesión presidencial, George W. Bush anunció el 14 de enero de 2004 que su país establecería una colonia en la Luna donde astronautas vivirían y trabajarían por periodos prolongados y harían expediciones tripuladas a Marte.
En ese entonces la NASA estimó el costo del proyecto en 170 mil millones de dólares durante 15 años.
Antes del anuncio, y para crear expectativa, George Bush filtró la versión, para llegar a este día con la «dramática» iniciativa de establecer una presencia humana permanente en la Luna y preparar el envío de los primeros expedicionarios al planeta rojo y así «extender la presencia humana a través de nuestro sistema solar» y llevarnos a «otros mundos».
El primer paso para este gran proyecto era concluir la Estación Espacial Internacional para 2010, de la cual se retiraría Estados Unidos, para de ahí instalar la colonia humana en la Luna en 2015. «Los seres humanos se dirigirán hacia el cosmos», afirmó.
La idea era iniciar los trabajos de construcción de la base lunar “antes del 2014”.
En esa andanada George Bush también informó que después de más de cien misiones, los transbordadores espaciales se jubilarían en 2014, siendo sustituidos por un nuevo vehículo exploratorio pilotado por humanos que serviría para llevar astronautas “más allá de nuestra órbita, hacia otros mundos”.
La visión de Bush era que “A partir del 2008 comenzaremos a enviar robots a la Luna para preparar el terreno para la exploración humana. Crear una base reducirá el costo de otras misiones y alimentará la exploración de Marte”.
Hoy, las palabras de Bush siguen flotando sin que esto se cumpla.