“Ha disminuido el apoyo por parte del gobierno. En los últimos doce años se dejaron de impulsar proyectos del CONACYT”, afirmó Rosaura Ruiz Gutiérrez, bióloga por la UNAM y actual Directora de la Facultad de Ciencia de esta misma institución, durante el Coloquio Veracruzano de Otoño: El futuro de las universidades.

Al entrar en materia sobre las reformas que requieren las universidades de este siglo, Ruiz Gutiérrez expuso sus ideas durante la mesa: Tendencias del financiamiento de la educación superior, la ciencia y la tecnología en México, y apuntó que uno de los problemas graves a los que se enfrentan las universidades es al escaso apoyo que tienen éstas, y que si bien las que abarcan las áreas de ingenierías y administración tienen cierto interés económico para los gobiernos, las enfocadas en las ciencias tienen poco importancia debido a que no se ha sabido ver su potencial. Ya que el apoyo a la investigación científica también traerá beneficios para la sociedad y el medio ambiente.

En conferencia afirmó que el problema, si bien no es nada nuevo, hasta el año 2000 aún eran viables los proyectos que proponían los estudiantes y demás investigadores de todo el país porque había ciertos recursos disponibles que ahora ya no porque se han ido a otras áreas. Y así es como la labor de apoyar proyectos que ensanchen el conocimiento en nuestro país tanto tecnológico como científico, ha ido en decremento desde los últimos años, lo que resulta alarmante para los actuales investigadores en estos campos.

La ahora exvicepresidente de la Academia Mexicana de la Lengua dijo que ya se están negociando apoyos con el nuevo gobierno priista que entrará en funciones este fin de semana, pero que no están confiados.

Si bien México es un país en el que el humanismo se ha desenvuelto a veces con problemas en su desarrollo, como la falta de interés por algunas instituciones, ha dado a lo largo del tiempo numerosas satisfacciones, que colocan a nuestro país como un potencial aportador de ideas frescas no sólo a nivel nacional, sino con proyección mundial en distintos ámbitos del humanismo.

Se espera que mejores tiempos vengan en cuanto a becas y demás incentivos que impulsen la investigación en áreas como la ciencia, la tecnología y otras ramas de las humanidades cuyos frutos, a pesar de su importancia, a veces no siempre son tomados en cuenta ni sopesados con la importancia adecuada.

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