Investigadores de varios centros australianos, liderados por la Universidad de Canberra, han combinado datos de campo de un total de 131 dragones barbudos australianos adultos (Pogona vitticeps), con experimentos de reproducción controlados en el laboratorio hasta probar que el cambio climático causa reversión sexual en estas especies.
Los análisis moleculares muestran que 11 de los animales estudiados, que se encontraban en la zona más cálida de distribución de su hábitat –al ser originarios de las regiones desérticas y semidesérticas de Australia– tenían un conjunto de cromosomas masculinos, pero en realidad eran de sexo femenino.
Así, los científicos probaron que estos individuos pueden fácilmente pasar de un sistema de reproducción controlado genéticamente a un sistema de control por temperatura.
“El aumento de la temperatura ambiental en los nidos de los reptiles, provocados por el calentamiento global a través de la alteración del hábitat, en gran medida hace que más nidos estén expuestos a la radiación solar, lo que puede causar reversiones de sexo”, declara a Sinc Arthur Georges, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Canberra (Australia).
“Los reptiles –añade Georges– tienen un asombroso número de maneras de determinar el sexo de su descendencia. Algunos tienen cromosomas sexuales, donde el padre determina el sexo de las crías (sistemas XY) como en los seres humanos. Otros llevan los cromosomas donde es la madre la que determina el sexo (sistemas ZW), como en las aves. Algunos son partenogenéticos, donde se prescinde totalmente de los varones y se segmenta el óvulo sin fecundar”, explica Georges.
Según los científicos, cuando estas hembras con el sexo revertido se aparearon con machos, ninguna de las crías tenía cromosomas sexuales y su sexo se determinó en su totalidad por la temperatura de incubación de los huevos.
La descendencia de estas madres con sexo revertido también tiene una mayor propensión a la reversión sexual. Asimismo, los científicos comprobaron que las madres con sexo revertido ponen casi el doble de huevos por año que las madres sin esta condición, lo que conduce a poblaciones más feminizadas.
Clima extremo y alteración biológica
“Hemos demostrado que las respuestas evolutivas y algunos cambios dramáticos de algo tan fundamental como la determinación del sexo en las crías puede ocurrir muy rápidamente”, asegura el científico.
Este estudio pone de relieve, además, el papel potencial de los extremos climáticos en la alteración de la biología y el genoma de los reptiles sensibles al clima. Para los expertos, esta mayor flexibilidad en el modo de determinación del sexo podría ser un arma evolutiva útil en respuesta a un clima impredecible, pero se necesita más investigación para entender el coste y las ventajas reales de este mecanismo.
“La sociedad cada vez entiende mejor cómo el cambio climático global afecta a los humanos pero mucha de esa atención se centra en los efectos sobre nuestra economía y nuestras vidas. Menos atención se ha prestado al impacto en la fauna y en la flora en un escenario en el que la rapidez del cambio climático inducido por el hombre no tiene precedentes”, concluye Georges.
La población de dragón barbudo australiano está muy extendida en las zonas arenosas de color rojo de las regiones semiáridas del este de Australia. Ocupa los bosques abiertos y es visible cuando se posa en lugares altos para calentarse temprano por las mañanas con la luz solar.
Referencia bibliográfica:
Clare E. Holleley, Denis O’Meally, Stephen D. Sarre, Jennifer A. Marshall Graves, Tariq Ezaz, Kazumi Matsubara, Bhumika Azad, Xiuwen Zhang y Arthur Georges. “Sex reversal triggers the rapid transition from genetic to temperature-dependent sex” Nature doi:10.1038/nature14574
(SINC)