Arraial d»Ajuda (Brasil) (EFE).- El calentamiento global constituye una grave amenaza para la supervivencia de los corales, organismos de gran importancia para la biodiversidad marina, según constató un inédito experimento de investigadores brasileños.
El experimento, realizado en tanques que reproducen las condiciones del mar, comprobó que la decoloración y hasta la muerte de corales en todo el mundo en los últimos años puede haber sido provocada exclusivamente por el aumento de la temperatura de los océanos.
Ese deterioro se produce independientemente de la contaminación del mar o de que el calentamiento global también eleve la acidez del agua o permita la proliferación de bacterias que destruyen estos organismos.
La conclusión es el resultado de pruebas hechas en el Mesocosmo Marino, un laboratorio intermediario entre un acuario y un experimento en condiciones naturales que la ONG Coral Vivo construyó en una playa de Arraial d»Ajuda, en el estado brasileño de Bahía (nordeste), frente a un importante arrecife coralino.
En el laboratorio con 16 tanques de 130 litros fueron simuladas las diferentes temperaturas para los océanos previstas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU para el final de este siglo, desde la más optimista hasta la más pesimista.
Ejemplares vivos de los corales más comunes del sur de Bahía fueron dejados durante mes y medio en tanques alimentados constantemente con agua marina a diferentes temperaturas.
«La mayoría de los ejemplares estudiados murió al ser sometida a una temperatura 4,5 grados centígrados superior a la actual en los océanos», dijo a Efe el biólogo Clovis Castro, investigador del Museo Nacional de Brasil y director del proyecto Coral Vivo, iniciativa financiada por la petrolera estatal Petrobras.
Según Castro, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), «con una temperatura dos grados centígrados superior a la normal la mayoría de los corales perdió su coloración y con un grado más presentó algunas enfermedades».
Los corales que permanecieron en agua a 28 grados centígrados, la temperatura promedio del mar frente a Arraial d»Ajuda, no sufrieron el blanqueo ni enfermedad alguna.
El IPCC, que proyectó seis escenarios posibles para el año 2100, prevé que la temperatura promedio del planeta aumentará entre 1,8 grados, en el mejor de los casos, y 4,0 grados, en el peor, con la posibilidad de alcanzar un extremo de 5,8 grados.
Los científicos consideran que los resultados pueden explicar la muerte de corales en otras partes del mundo, especialmente en el océano Índico y en el Caribe.
«La alta temperatura expulsa las microalgas que cohabitan en los corales y cuyos pigmentos le dan la coloración al esqueleto; la ausencia del alga afecta toda la fisiología del organismo, que termina muriendo», explicó Castro.
Pese a ello, considera que no se puede decir categóricamente que el calentamiento extinguirá los corales «porque los organismos tienen capacidad para adaptarse y buscar otras formas se supervivencia y de obtención de alimentos, incluso en aguas más calientes y ácidas».
Según el director de Coral Vivo, los resultados del experimento permitirán la publicación de al menos cinco artículos en revistas científicas internacionales.
El Mesocosmo Marino recibe constantemente agua del mar a través de una tubería de 500 metros que llega hasta una boca del arrecife frente a Arraial d»Ajuda, lo que garantiza que sus condiciones sean idénticas a las de los organismos en su hábitat natural.
El sistema, inaugurado en octubre pasado, posee equipos que permiten calentar o acidificar el agua según lo que se desee para el experimento y es el único en operación en el mundo para estudios de cambios climáticos en corales.
Otro que Australia comenzó a operar en 2010 está paralizado por problemas técnicos y México inauguró uno a finales del año pasado que hasta ahora no ha sido usado en experimentos.
«Tenemos un laboratorio en el que se puede prever lo que ocurrirá con los arrecifes de Brasil en 100 años por el calentamiento global», dijo a Efe el biólogo marino Gustavo Duarte, gerente de proyectos de Coral Vivo, quien prepara un experimento en el que se medirá la reacción de los corales al aumento de la acidez del mar en las diferentes temperaturas previstas por el IPCC para 2100.
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