Investigadores de Roma (Italia) y Kensington (EE UU) han utilizado un modelo demográfico para predecir las alteraciones que sufriría la cosecha de aceitunas en la cuenca del Mediterráneo si la temperatura media global aumentase 2 °C.
El trabajo, publicado en la revista PNAS, muestra que en este escenario el beneficio neto medio derivado de la cosecha de la aceituna aumentaría un 9,6% de media a causa de la disminución de la plaga de la mosca del olivo y del aumento de la producción de este fruto.
Sin embargo, no todas las zonas responderían igual al calentamiento global. Por ejemplo, en el norte de África el rendimiento oleícola aumentaría hasta un 41% pero en Oriente Medio descendería un 7,1%.
El estudio subraya además que el impacto económico no sería uniforme y favorecería la tasa de abandono de las pequeñas fincas.
“Además de los ingresos, estas granjas proporcionan servicios importantes al ecosistema como la conservación del suelo o de la biodiversidad y también juegan un papel importante en la prevención de incendios forestales”, explica a Sinc Luigi Ponti, investigador de la Agencia Nacional Italiana por las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Desarrollo Económico Sostenible y autor principal del estudio.
No obstante, el científico italiano alerta: “Un escenario es un ejemplo de lo que podría pasar en unos supuestos particulares, no se trata de un intento de predecir el futuro”,
El caso del olivar español
En el conjunto de España, este modelo prevé un aumento en el beneficio neto, a pesar de la subida de las tasas de los controles y de la disminución de la calidad del aceite debido a la intensidad de la infestación de la mosca del olivo. Sin embargo, en la zona central del país este beneficio disminuye.
“Este cambio es esencial porque la cultura de la aceituna ha desempeñado un papel históricamente muy importante en el desarrollo rural de España”, indica Ponti. “Además de España, en la UE, la viabilidad de las pequeñas explotaciones se ve aún más comprometida por las políticas de subsidios que actualmente favorecen a los sistemas de producción de oliva intensivos”, añade.
El modelo predictivo
El modelo se ha basado en las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que pronostican un aumento medio de 2°C en la temperatura global en la cuenca mediterránea entre el año 2030 y el 2060.
Según el autor principal, los procesos biológicos que rigen la dinámica de la oliva y la mosca del olivo que se han utilizado para el trabajo son útiles en análisis bioecononómicos para advertir los efectos que el clima ejercerá sobre el sistema biológico.
“La analogía fisiológica que se ha usado en la predicción permite describir explícitamente la biología de las especies en toda la red alimentaria, incluidos los seres humanos y su economía”, aclara Luigi.
Según el investigador, se trata de una poderosa herramienta conceptual considerada en la actualidad como una forma de hacer frente a los enormes desafíos que plantean la complejidad del ecosistema global.
Referencia bibliográfica:
Luigi Ponti, Andrew Paul Gutierrez, Paolo Michele Ruti, and Alessandro Dell’Aquila. «Fine-scale ecological and economic assessment ofclimate change on olive in the MediterraneanBasin reveals winners and losers». PNAS. 2014