Planta de miconia en el Monte Marau en la isla de Tahití (Polinesia francesa), donde se le considera la peor plaga vegetal de la historia, debido a que por su presencia, entre 40 y 50 de las plantas endémicas de la isla han desaparecido- Eloise Killgore

Planta de miconia en el Monte Marau en la isla de Tahití (Polinesia francesa), donde se le considera la peor plaga vegetal de la historia, debido a que por su presencia, entre 40 y 50 de las plantas endémicas de la isla han desaparecido- Eloise Killgore


Endémico de la selva tropical que se extiende desde el sur de México hasta el norte de Argentina, miconia (Miconia calvescens) es un árbol que forma parte de las 100 especies más invasoras del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se le denomina ‘cáncer verde’ por los impactos negativos que genera en el medio y por sus características invasoras: crecimiento rápido, períodos generacionales cortos, autofecundación, propagación vegetativa y elevada producción de semillas fáciles de dispersar.

«Una vez que invade un nuevo territorio, es extremadamente difícil de erradicar”, indica Noelia González-Muñoz

Su particular belleza –sus hojas son grandes con estrías blancas y fondo verde y el envés de color púrpura– ha sido la razón por la que miconia, también conocida como ‘velo azul’, haya sido introducido como planta ornamental en jardines públicos y privados, a partir de los cuales ha escapado e invadido hectáreas de bosques tropicales.

“En las áreas en las que invade coloniza toda la superficie, formando manchas monoespecíficas que impiden que la luz pase a estratos más bajos. Debido a su presencia, entre 40 y 50 de las plantas endémicas de Tahití han desaparecido. Una vez que invade un nuevo territorio, es extremadamente difícil de erradicar”, indica a Sinc Noelia González-Muñoz, investigadora en la Universidad de Alcalá, quien añade que para poder suprimirla es necesario eliminar cualquier resto de raíz el suelo, debido a su gran capacidad de rebrote.

En la actualidad, en Hawái y Polinesia francesa se la considera la peor plaga vegetal de la historia. A ellos se une Sri Lanka, Nueva Caledonia y los bosques lluviosos de Queensland (Australia). Para predecir la invasión futura de miconia, un nuevo estudio, publicado en Biological Invasions, ha identificado a 91 países, 400 islas y 364 áreas protegidas fuera de su rango nativo, como susceptibles de ser colonizados por este árbol.

Para el año 2080 el área susceptible de ser conquistada se reducirá a la mitad debido al cambio climático, pero no en el área potencial de invasión

El trabajo señala además que el 7,2% de la superficie terrestre posee condiciones favorables para la presencia de miconia, y “el 50% de este territorio está fuera de su área nativa”, apunta González-Muñoz, autora principal del trabajo.

Una lista de los jardines botánicos con miconia

Sin embargo, para el año 2080 el área susceptible de ser conquistada se reducirá a la mitad debido al cambio climático. Esta disminución ocurrirá sobre todo en su rango nativo y no en el área potencial de invasión. “Los resultados predicen así un curioso doble impacto negativo del cambio climático sobre la distribución potencial de miconia a escala global, ya que la reducción del área potencial en el rango invadido sería mínima”, observa González-Muñoz.

Para evitar la expansión de la planta, el estudio incluye una lista detallada con el nombre de los países y de las islas que presentan áreas potencialmente favorables para la especie. Pero como los casos de invasión se han originado a partir de su presencia en los jardines botánicos públicos y privados, el equipo también presenta una lista de estos jardines. “Así la información que aportamos servirá de alerta para que se detecten a tiempo posibles escapes de sus colecciones vivas”, concluye la experta.

Referencia bibliográfica:

González-Muñoz, Noelia; Bellard, Celine; Leclerc, Camille; Meyer, Jean-Yves; Courchamp, Franck. «Assessing current and future risks of invasion by the «green cancer» Miconia calvescens» Biological Invasions 17(11): 3337-3350 DOI: 10.1007/s10530-015-0960-x noviembre de 2015

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