Un equipo internacional de investigación demostró que el cerebelo, al contrario de lo que se pensaba, cumple funciones que van más allá de la esfera motora y puede ser corresponsable de las alteraciones cerebrales asociadas al consumo adictivo de drogas. Las conclusiones, que se muestran en dos recientes revisiones publicadas en Neuroscience & Biobehavioral Reviews y Journal of Neuroscience, supondrían un paso adelante hacia el diseño de nuevas terapias para el futuro.
Estos estudios parten de una serie de trabajos publicados a lo largo de los dos últimos años por el grupo de investigación Adicción y Neuroplasticidad de la Universitat Jaume I, dirigido por la profesora del Área de Psicobiología de la UJI, que ha contado con la colaboración de investigadores de universidades europeas, mexicanas y norteamericanas. El hecho más relevante de estos estudios, en opinión de Miquel, es que demuestran que los cambios en el cerebelo «solo ocurren en aquellos sujetos que parecen ser especialmente vulnerables al efecto de las drogas». Desde hace tiempo, «comprobamos que el cerebelo responde de una manera muy potente al efecto de la cocaína, hasta tal punto de cambiar los mecanismos de plasticidad», apunta Miquel, también coordinadora del máster universitario Investigación en Cerebro y Conducta.
En consecuencia, el cerebelo es una región del cerebro relevante para entender y poder diseñar futuros tratamientos para la adicción a las drogas. «Se está avanzando en la descripción de los circuitos neuronales afectados por la drogadicción, un trastorno cerebral crónico de difícil tratamiento, porque afecta a los procesos básicos de adquisición y almacenamiento de la información cuya descripción está todavía incompleta», explica la profesora, quien reconoce que, de este modo, «se acelerará el camino hacia las nuevas terapias».
La adicción implica alteraciones en los mecanismos neuronales de plasticidad que permiten al cerebro almacenar información, regenerarse y recuperarse de posibles trastornos o lesiones. En una persona adicta, lo que enferma son los mecanismos cerebrales de aprendizaje y memoria que permiten tomar decisiones y llevar a cabo actos de voluntad. Las drogas adictivas obligan al cerebro a almacenar datos perjudiciales sobre dónde, cuándo y cómo consumir la sustancia. De hecho, la droga es la información predominante en los cerebros de las personas afectados por la adicción.
Los efectos de la cocaína
Las investigaciones revisadas abordan, en esta ocasión, la función del cerebelo en estos procesos de almacenamiento implicados en el trastorno adictivo. En concreto, «los trabajos experimentales muestran que estos efectos de la cocaína sobre el funcionamiento del cerebelo solo ocurren en aquellos individuos dominados por estímulos que predicen la disponibilidad de droga y sugieren que el cerebelo puede ser crucial para entender los mecanismos de vulnerabilidad a la adicción», explica Marta Miquel.
La ciencia ha corroborado que determinadas regiones del cerebro, como la corteza prefrontal, la amígdala, el hipocampo y los ganglios basales, podían ser relevantes para la adicción. Sin embargo, el cerebelo había sido tradicionalmente excluido de este circuito por considerarse una estructura dedicada exclusivamente al control motor, en especial a la coordinación motora. «Hoy sabemos que esta es una visión muy parcial sobre la complejidad del cerebelo, y un volumen creciente de datos sugiere su participación en muchas de las funciones cerebrales afectadas en los sujetos adictos», comenta Marta Miquel. «El cerebelo engloba el 80% de todas las neuronas del cerebro; contiene 60.000 millones de neuronas empaquetadas en tan solo el 10% de la masa cerebral y es una estructura fundamental en la consolidación y automatización de los repertorios de conducta aprendidos», concluye la profesora.
Además del equipo de la UJI, en los trabajos participan científicos de la Universidad de Kentucky (EEUU), Universidad de Turín (Italia), Universidad Veracruzana (México), Universidad Estatal de Washington (EEUU), Universidad de Cambridge (Reino Unido), Universidad de Leeds (Reino Unido), Laboratorio de Neurociencia Traslacional del Hospital McLean y Centro de Investigación Mailman (EEUU). Tras presentar los trabajos en el último congreso de la Sociedad Internacional para la Neurociencia (San Diego, EEUU), los trabajos se discutirán en breve en el prestigioso Instituto Albert Einstein de Nueva York.
La línea prioritaria del grupo de investigación Adicción y Neuroplasticidad de la Universitat Jaume I, dirigido por la profesora Marta Miquel, es la función del cerebelo en la adicción a drogas.