El Mars Science Laboratory de la NASA está listo para liberar la mañana del 6 de agosto al Curiosity, el vehículo espacial o rover más grande jamás lanzado sobre la superficie del planeta rojo.

El aterrizaje en el cráter Gale marcará el inicio de un ambicioso programa de exploración enfocado en estudiar la habitabilidad de Marte, su clima y su geología, así como recopilar datos que serán útiles para futuras misiones al planeta.

Durante el descenso, Curiosity trasmitirá una serie de datos a dos naves de la NASA, el Mars Odyssey y el Mars Reconnaissance Orbiter. Por otro lado, la NASA requerirá al Mars Express, que orbita el planeta desde diciembre de 2003, para que colecte los datos del Curiosity durante el aterrizaje, los cuales serán cruciales si algo sale mal.

El 6 de agosto, a las 05:10 am, el Mars Express girará hacia el MSL, que liberará al Curiosity, y comenzará a grabar los datos hasta las 05:38. El aterrizaje se espera paras las 05:31, así que una vez completada la grabación, el Mars Express girará de nuevo hacia la Tierra para enviar los datos a la antena de la NASA colocada en New Norcia, Australia. Los datos se esperan para las 06:40 am.

Asimismo, la European Space Agency (ESA) apoyará directamente el aterrizaje fungiendo como un respaldo de los datos enviados por el Mars Express, ya que la información tiene que recorrer 250 millones de kilómetros. La cooperación técnica y científica entre la ESA y la NASA es un acuerdo a largo plazo que beneficia a ambas agencias y permite reducir los riesgos y asegurar que esos resultados lleguen a la Tierra.

Con el propósito de lograr el nivel de precisión necesario para aterrizar a salvo en el interior del cráter Gale, la nave espacial volará como si fuera un ala en la atmósfera alta, en lugar de caer como una piedra. Para poder hacer aterrizar el vehículo explorador de 1 tonelada, el método de la bolsa de aire utilizado en otras misiones a Marte no funcionará en esta ocasión. Ingenieros de la misión, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, ubicado en Pasadena, California, han diseñado una especie de «grúa celestial» que funcionará durante los segundos finales del vuelo. Una mochila provista de cohetes-retro que controlan la velocidad de descenso será usada para que el vehículo explorador descienda sobre tres cordones de nailon justo antes de que se pose.

Durante un período crítico que solo dura aproximadamente siete minutos (también conocido como «los siete minutos del terror»), la nave espacial del Laboratorio Científico de Marte que transporta a Curiosity debe disminuir su marcha de alrededor de 13.200 millas por hora o 21.243 kilómetros por hora (aproximadamente 5.900 metros por segundo) para permitir que el vehículo explorador se pose sobre la superficie marciana a una velocidad de aproximadamente 1,7 millas por hora o 2,74 kilómetros por hora (tres cuartas partes de un metro por segundo).

«Esos siete minutos representan el desafío más importante de toda la misión», dijo Pete Theisinger, quien es el administrador de proyecto de la misión en el JPL. «Para que el aterrizaje sea exitoso, cientos de sucesos deben ocurrir correctamente, muchos de estos con una precisión de segundos, y todos controlados autónomamente por la nave espacial. Hemos hecho todo lo posible para tener éxito. Esperamos que Curiosity tenga un buen aterrizaje, pero no hay garantía de que vaya a ser así. Los riesgos son reales».

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