Un aspecto importante que poco se ha considerado en el diseño de las ciudades inteligentes es la mejora de la calidad de vida de las personas, como un elemento de progreso de la población urbana, el cual es de gran importancia, dado que las ciudades consideradas inteligentes no son precisamente en las que mejor se vive, señaló Rinio Bruttomesso, del Centro Internacional Città d'»Acqua de Venecia.

Durante su participación en el Décimo Seminario Urbanismo Internacional, coordinado por Sergio Padilla Galicia, profesor-investigador de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el arquitecto indicó que sin duda una característica principal considerada para la construcción de ciudades inteligentes (smart cities), es el papel predominante de las tecnologías, y en particular, las de la Información y la Comunicación (TIC).

Durante la ponencia titulada El papel del diseño urbano en la construcción de la ciudad inteligente (The Smart City’s Image), el urbanista mencionó que los marcos holísticos consideran componentes clave seis elementos esenciales que hacen inteligente una ciudad: Gobierno, Sociedad, Formas de vida, Movilidad, Medio ambiente y Economía. Sin embargo, no consideran el predominio de lo físico en beneficio de lo funcional.

La imagen de las samart cities que se propone hoy en día, es la de aquellas que terminan en zonas urbanas indescriptibles, con fuerte énfasis en aspectos cuantitativos del desarrollo, la eficiencia de su funcionamiento, un protagonismo de los aspectos técnicos y tecnológicos de sus instalaciones y servicios. Todo ello sin un sentido de identidad, que dará lugar a futuros problemas sociales de alimentación, aislamiento, crimen y más.

Existe otra tendencia que pone énfasis en los aspectos cualitativos del crecimiento, de la forma de la ciudad, del control de su nivel del “vivir mejor” y la sustentabilidad. Esta tendencia también hace uso de las tecnologías avanzadas, pero mucho más con el fin de mejorar la calidad de vida ciudadana.

En este sentido, es necesario que el diseño de ciudades inteligentes integre  modelos urbanos de alta calidad, mixtos, ecológicamente más eficientes y con más fuerza económica, que combinen de forma equilibrada la actividad productiva con la vida de barrio.

Para ello es fundamental que cada disciplina, cada experto contribuya a mejorar las estructuras físicas, la calidad física del diseño y la identidad física, pues el predominio de lo físico se ha reducido en beneficio de lo funcional.

Como ejemplo de estos modelos mixtos se encuentran Barcelona y Copenhague, dos ciudades que reúnen las características de ciudad inteligente. 

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