Dron mimético aviar- Fobos

Dron mimético aviar- Fobos


Exclusivos de uso militar, los drones comenzaron a usarse en la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, a finales de 2017 se habían producido casi tres millones para uso civil en el mundo, aproximadamente. Y es que los vehículos no tripulados conocidos comúnmente como drones pueden ser equipados con cámaras, micrófonos y sensores térmicos para tomar fotografías, grabar, tomar muestras o mapear una zona. Estos vehículos están revolucionando la forma en la que vivimos.

Su capacidad de movilidad, de recolectar información a bajo costo y su capacidad para usarse en situaciones que suponen un peligro para el ser humano hacen de estos equipos claves para la creación de nuevos empleos y mercados, de hecho se estima que para el año 2025, pueden generarse más de 100 mil creando un beneficio económico de más de 82 mil millones de dólares en Estados Unidos. Mientras que en Europa el crecimiento de esta industria va a generar —para el año 2050— 150 mil empleos y ganancias de 15 mil millones de euros al año.

A México se le atribuye solamente el 5 por ciento del mercado global pero se considera el país con mayor potencial en Latinoamérica e incluso existen diferentes iniciativas de desarrollos tecnológicos en este sector, desde la construcción de nuevos, hasta investigación sobre cómo integrarles sistemas de inteligencia artificial y robótica.

Dron para monitorear el Volcán de Colima
Drón para monitorear el Volcán de Colima

Dron para monitorear el Volcán de Colima

La popularidad que han generado, desde las empresas hasta el uso civil, ha puesto en el ojo del debate la regulación que estos deberían de tener. Es decir, “Al existir más drones ¿Cómo garantizar un uso responsable? Desde una perspectiva de seguridad y privacidad”, planteó Liliana Estrada directora de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCYTU).

En este sentido, señaló que la regulación en el mundo es muy variada y mientras unas son muy flexibles en ciertos países como Polonia en otros no lo son. “La regulación en México, emitida por la Dirección General de Aeronáutica Civil, está en el medio, no es ni muy flexible ni muy dura”, dijo.

Y es que el espacio aéreo, también es un espacio público por lo que existen ciertas normas que se deben de respetar. De acuerdo con Jesús Martínez piloto experto de drones existen al menos cuatro reglas para conducir uno de estos equipos: No volar sobre espacios densamente poblados como conciertos o partidos de futbol, no invadir el espacio aéreo destinado a los aviones —lo que significa mantenerse a una distancia de 9.2 kilometros de estas zonas y no sobrevolar por arriba de los 600 metros— de hacerlo “estamos arriesgando el espacio aéreo de los aviones de grandes magnitudes”, dijo.

Aunque los drones cuentan ya con mucha tecnología, incluida aquella que nos indica las zonas restringidas para volar es mejor ser consientes de dónde vamos a volar el dron.

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