Dentro de la sala limpia del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, el dorado telescopio espacial James Webb es visto desde arriba con los brazos de su espejo secundario replegados. En los próximos meses, los ingenieros instalarán otros elementos clave, y tomarán medidas adicionales para garantizar que el telescopio está listo para viajar al espacio.
Los espejos del telescopio están cubiertos por una capa de espesor microscópico de oro, que los optimiza para reflejar la luz infrarroja, que es la principal longitud de onda de la luz que observará este telescopio. Para garantizar que el espejo es a la vez fuerte y ligero, el equipo hizo los espejos de berilio. Cada segmento de espejo es aproximadamente del tamaño de una mesa de café y pesa aproximadamente 20 kilogramos. Una película muy fina de capas de oro vaporizado cubre cada segmento para mejorar el reflejo en el espejo de la luz infrarroja. El espejo totalmente montado es más grande que cualquier cohete, por lo que los dos lados del mismo serán plegados. Detrás de cada espejo se han instalado varios motores para que el equipo puede enfocar el telescopio en el espacio.
El telescopio espacial James Webb es el sucesor científico del telescopio espacial Hubble de la NASA. Será el más potente telescopio espacial más potente que jamás se haya construido. Webb estudiará muchas fases de la historia de nuestro universo, incluyendo la formación de sistemas solares capaces de soportar la vida en planetas similares a la Tierra, así como la evolución de nuestro propio sistema solar. Su lanzamiento está previsto desde la Guayana Francesa a bordo de un cohete Ariane 5 en 2018. Webb es un proyecto internacional dirigido por la NASA con sus socios, la ESA (Agencia Espacial Europea) y la Agencia Espacial Canadiense.