Una investigación liderada por la Universidad de Michigan (EEUU) ha analizado la tendencia de infartos cerebrales en pacientes de 45 años o más de la población de Corpus Christi en Texas (EEUU) entre enero de 2000 y diciembre de 2010.
Sus conclusiones indican que el accidente cerebrovascular isquémico se produjo en un total de 2.604 mexicano-estadounidenses y 2.042 blancos no hispanos, lo que representa una disminución del 36% en el período de estudio. La disminución se limitó a las personas de 60 años o más y se puso de manifiesto en los dos grupos étnicos.
“Lo más preocupante, sin embargo, es que la diferencia relativa de aumento de ictus al comparar a los mexicano-estadounidenses y los blancos no hispanos no ha cambiado en absoluto en la última década”, explican los investigadores de este trabajo, que publica la revista Annals of Neurology.
En general, los mexicano-estadounidenses sufren muchos más ictus que los blancos no hispanos. Estudios anteriores también llegaban a esta conclusión, por lo que se plantea una preocupación por el impacto que tendrá este hecho en la salud pública a medida que la población envejece.
«En los grupos minoritarios el derrame cerebral ocurre a edades mucho más tempranas y a menudo tienden a sufrir una mayor discapacidad por lo que los costes son significativamente más altos», explica el autor principal del trabajo, Lewis B. Morgenstern, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.
«El golpe personal, familiar y económico que causa esta carga en las minorías –añade Morgenstern– se centra en nuestro estudio en los mexicano- estadounidenses, uno de los segmentos de mayor y más rápido crecimiento de la población de los EEUU”. Los hispanos latinos son el grupo minoritario más grande en ese país, con un 17% de la población, y se prevé que aumente hasta el 30% en 2050.
Del total de personas que participaron en el estudio, dos tercios de la comunidad eran mexicano-estadounidenses y el resto principalmente blancos no hispanos, el 87% nacidos en los EEUU, 11% en México, y el 1% dijo no conocer su país de nacimiento. Los nacidos en México han vivido en los EEUU un promedio de 52 años.
«El drástico descenso en las tasas de accidente cerebrovascular durante la última década es alentador. Sin embargo, la disparidad actual entre los pacientes más jóvenes subraya la necesidad de nuevas intervenciones para prevenir el ictus, especialmente entre los jóvenes mexicano-estadounidenses”, concluye Morgenstern.
Referencia bibliográfica:
Lewis B. Morgenstern, Melinda A. Smith, Brisa N. Sanchez, Devin L. Brown, Darin B. Zahuranec, Nelda Garcia, Kevin A. Kerber, Lesli E. Skolarus, William J Meurer James F Burke, Eric E. Adelman, Jonggyu Baek and Lynda D. Lisabeth. «Persistent Ischemic Stroke Incidence Disparities in Mexican Americans». Annals of Neurology; 13 de agosto de 2013. DOI:10.1002/ana.23972.