Aunque esta escena parece el hipnótico resultado de agitar un domo de nieve, en realidad se trata del inquietante efecto de una de las tormentas solares más potentes jamás registradas.
Durante dos semanas en octubre y noviembre de 2003, el Sol permaneció inusitadamente activo, mientras unas enormes manchas solares, con un diámetro más de 10 veces superior al de la Tierra, generaban erupciones casi a diario.
Las erupciones solares se dividen según la energía que liberan a longitudes de onda de rayos X. Hay cinco categorías principales: A, B, C, M y X, que a su vez se dividen en otras 10 subclases. Las erupciones de tipo M1 son 10 veces más potentes que las de tipo C1, y las X1 son 10 veces más potentes que las M1; es decir, 100 veces más potentes que las C1.
Algunas de las erupciones observadas durante aquellas dos semanas fueron tan potentes que rebasaron el máximo de la categoría X, que suele denominarse X10. El 4 de noviembre se produjo una fulguración que, según los cálculos, habría alcanzado como mínimo el rango de X28.
El Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) de la ESA/NASA, lanzado en 1995 y que aún sigue en funcionamiento, vigilaba el comportamiento de la tormenta solar en aquellos momentos. Esta imagen muestra cómo sus detectores se vieron totalmente inundados por los protones de alta energía acelerados hasta casi la velocidad de la luz (300.000 km/s) durante una erupción de tipo X17 que se produjo el 28 de octubre de 2003.
Cuando la Tierra se encuentra en el punto de mira de las eyecciones de masa coronal asociadas, pueden producirse unas bellísimas y brillantes auroras en la atmósfera, que además nos ofrecen información muy valiosa sobre la interacción del Sol y la Tierra.
Estas eyecciones también pueden provocar graves perturbaciones en las comunicaciones por radio, el control del tráfico aéreo y las redes eléctricas.
Aunque estas potentes tormentas muestran el poder de la actividad solar, afortunadamente para nosotros, no se producen a menudo fulguraciones como las de 2003.
Esta imagen fue capturada por el instrumento LASCO C3 de SOHO. Un disco especial (indicado por el gran círculo azul) situado dentro del instrumento bloquea el Sol (indicado por el círculo blanco central), por lo que se pueden observar los detalles de la parte exterior de la atmósfera solar.
Aquí se puede ver un vídeo del fenómeno mostrado en esta escena.