El Jardín Etnobotánico y Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), trabaja en la conservación, reproducción y propagación de al menos 540 especies medicinales, de las cuales 75 se encuentran en peligro de extinción debido a la sobreexplotación.

En el marco del 38 aniversario de este centro de investigación, con sede en Cuernavaca, Morelos, Lizandra Salazar Goroztieta, directora del mismo, indicó que entre las especies en riesgo se encuentran algunas cactáceas y orquídeas.

“Una de las principales funciones del jardín es trabajar esas especies que están en alguna de las categorías de riesgo. Es importante que se incluyan todas y es por lo que estamos trabajando con algunas poblaciones en las que encontramos muy pocos especímenes; por eso nos damos a la tarea de colectar semillas y propagarlas, aunque con las plantas silvestres no es tan sencillo, pues se desconocen sus procesos de desarrollo”.

La bióloga Lizandra Salazar, adscrita el Centro INAH Morelos, dictó la ponencia Situación actual y retos futuros del Jardín Etnobotánico, como parte del ciclo de conferencias que organizó el Jardín Botánico con motivo de su 38 aniversario, en la que dijo que actualmente se trabaja con distintas técnicas germinativas para propagar las especies en peligro de desaparecer, y una vez que están listas se introducen nuevamente a su hábitat natural.

Añadió que año con año su colección va en aumento y actualmente cuentan con 904 especies, 540 son de uso medicinal y el resto son plantas de ornato, cactáceas, orquídeas, árboles de selva baja caducifolia y una colección de alimentarias, que en algunos casos también son de uso medicinal como la mejorana, el tomillo y el orégano.

“A sus 38 años, el Jardín Etnobotánico debe seguir participando en estrategias de conservación a nivel nacional e internacional, y trabajar en la documentación de las especies medicinales que están en una categoría de riesgo”, puntualizó la especialista.

Destacó que dentro de los jardines botánicos del país, el de Cuernavaca ocupa el primer lugar en cuanto a la diversidad de plantas medicinales. En México la cifra de este tipo de centros es de alrededor de 80 entre privados y públicos, y 55 pertenecen a la Asociación Mexicana de Jardines Botánicos A.C. 

Asimismo, señaló que parte del trabajo también incluye el contacto con los curanderos y las comunidades, porque son ellos quienes proporcionan datos de otras especies y de su uso, y en algunos casos donan semillas.

El investigador Andrés Vovides, adscrito al Instituto de Ecología y curador del Jardín Botánico Regional “Francisco Javier Clavijero”, de Jalapa, Veracruz, en su ponencia Crisis de la biodiversidad y el papel de los jardines botánicos, refirió que México es un país muy diverso con 17 provincias florísticas. “El número de plantas, incluyendo hongos, es de 168 mil, mientras que de ejemplares  vasculares, entre ellas las medicinales, son alrededor de 26 mil”. Además destacó que nuestro país  también es rico en plantas endémicas, con 11 mil especies.

En México los jardines botánicos no son nuevos, ya que estaban establecidos mucho antes de que surgiera el primero en Europa. Representaban también la fauna, y fueron creados por Moctezuma y Nezahualcóyotl, como centros de sanación y esparcimiento, no eran sólo para la elite, porque también había hospitales a los que llegaba gente de muchos lugares. Además eran centros de enseñanza”, explicó.

El Jardín Etnobotánico inició hace 38 años con la propuesta que planteó el antropólogo Bernardo Baytelman, quien luchó durante varios años para que este sitio no pasara a manos de particulares, y que las 3.5 hectáreas que cubre se convirtieran en un espacio para la investigación y la conservación del patrimonio biocultural, referente a los saberes y prácticas de las medicinas tradicional y etnobótanica.

Baytelman logró que la llamada Casa de la India Bonita, edificación del siglo XVII, se mantuviera y pasara a ser la sede del Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, que es la Sala Introductoria del museo vivo que es el Jardín Botánico, comentó Lizandra Salazar.

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